Venezolano, tú que te vas…

Por Addais.

Les hago un llamado a todos los venezolanos que están fuera del país, buscando nuevos horizontes. Veo que muchos no consiguen lo deseado y se sienten decepcionados y también muy ansiosos por los tramites, el trabajo, etc, etc. les diré algo que siempre se dice pero que no se esta haciendo y se hace necesario recordarlo.

Antes de poner un pie fuera del país, bendigan, amen lo que dejan pero no se queden enganchados a lo que pudo haber sido y no fue. Por otra parte, al tomar la decisión de salir de Venezuela, tiene que estar consciente de que la vida cambiara totalmente. Puedes tener doctorados, postgrados, posesiones, etc; pero fuera de tu país, sólo eres tú y tu esencia interna. No puedes llegar mandando, no puedes llegar pidiendo algo que hasta el momento no existe, en otro país no existe tu espacio hasta que lo creas ¿Cómo se crea el espacio en otro país? Llevando dentro de ti, la convicción de que vas a ofrecer tus servicios, ofreciendo tu mejor sonrisa, ofreciendo tu actitud colaboradora, llevando la humildad para entrar sigilosamente sin quitar nada, no hay puestos vacantes esperándote, ni un escritorio donde realizar tu sueño americano, hay sitios donde se necesita tus servicios como ser humano sin roles, muy por debajito para comenzar a reconocer quien eres.

Aquí en Venezuela,  ya te conocen , ya todos saben tu trayectoria aunque físicamente no te conozcan, porque eso es parte de pertenecer a un país. Un venezolano conoce a otro venezolano que ha nacido a kilómetros de distancia, confía en él y le muestra su espacio que es de los dos. En otro país no sucede así, no saben quién eres, ni por qué te fuiste, ni qué buscas allí. Sin embargo, te reciben y con gran expectativa comienzan a descubrir el ser completo que eres. Poco a poco, así estés limpiando una mesa, con tu buen corazón, tus manos dispuestas al trabajo y al buen servicio,  comienzan a voltear hacia ti y empiezan a preguntarse si podrás hacer lo que tienen en mente, si valdrá la pena darte la oportunidad, parece que tienes mucho que dar, mucho que ofrecer, le llega a la mente al oriundo que se atrevió a apostar por ti. De esa manera, comienzas a escalar posiciones y tu espacio se va formando.

Debido a esto, debes tener paciencia y fluir con el cambio presente. Recordarás tu país, quizás con nostalgia, nada es igual a lo que aprendiste desde niño, pero no puedes dejar el corazón anclado y sin salida, no podrás seguir comparando, no hay nada que comparar , ni para bien, ni para mal. Cada espacio es único y este cambio es parte de tu andar en este plano. Ahora te darás cuenta, porque no recuerdas de dónde vienes cuando entras al juego de la vida en este planeta, pues no podrías estar ni aquí ni allá, recordando y comparando.

Si decidiste irte, vive con alegría cada día, descubriendo cosas totalmente diferentes a las que estabas acostumbrado. Observa todo, no juzgues, no opines aun, observa otra vez con la mirada del que llega a un mundo nuevo.  Asesórate bien, antes de dar los pasos. Pregunta, pregunta y vuelve a preguntar.

Si decidiste irte, aprende, instrúyete, revisa como hacen las cosas y por qué les funciona. No hables que en Venezuela se hace de una manera o de otra. En Venezuela se hace lo mejor que has conocido, ahora vas a ver las diferencias y aprenderás a vivir y a tolerar las diferencias, que es una de las tantas misiones del ser.

Si decidiste irte, lleva con tu proceder, el mejor ejemplo de lo que es un venezolano, enséñales que Venezuela no es el mal vivir de unos pocos. No le des la razón a quienes hacen propaganda malsana con sus saqueos y palabras soeces. Diles con tu ejemplo que en Venezuela hay mucha gente buena, honesta y trabajadora. Diles que fuiste a aprender, como hacer un país diferente; diles que estás de paso y que sólo estás en un curso largo de un cierto tiempo aprendiendo a reconstruir.

Venezuela es tu casa y aunque actualmente está muy desordenada, siempre estará a tu disposición y esperando por ti.

Fuente: https://wiccareencarnada.net/

 

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