Tres enemigos del emigrante

Un proceso migratorio, aunque sea en las condiciones más favorables, es un camino extremadamente exigente.   Si alguien te dice lo contrario, ten cuidado, pues en realidad existen muchos factores enemigos del emigrante.

A continuación, listo algunos de los que en mi experiencia son los errores más comunes que cometemos quienes decidimos cambiar nuestro futuro haciendo vida en otros países.

No «pasarse el switch», o vivir en el pasado

Cuando uno habla con recién llegados, un punto casi común es que cuenten lo «bien» que estaban antes de venirse o lo importante que eran en sus propios micro-universos.  Supongo que todos hacemos algo de eso al llegar, debe ser algún tipo de mecanismo de defensa o algo así.

Una de las cosas más importantes a tener en cuenta cuando emigras, es que, a menos que vengas como expatriado de alguna empresa multinacional (lo cual técnicamente no es inmigración ni tampoco muy común), todo proceso migratorio conlleva una pérdida de estatus. La razón, es simple: tú estás llegando y ellos ya están aquí. No conoces a nadie, nadie te conoce.  Nadie sabe de qué eres capaz. No te preocupes,  otros llegarán después de ti.

Esa pérdida de posición cada quien la maneja de una forma distinta, pero es importante estar consciente de que ocurre y que hay que afrontarla lo antes y mejor posible.

Resistirse a perder un estatus que nos costó literalmente toda una vida alcanzar es natural, pero cuando emigras, aferrarse a esos recuerdos crea un ruido terrible que impide a muchos entender su nueva realidad creando mucho estrés, dolor y haciendo mucho más difícil un proceso que ya es bastante complejo.

Adicionalmente a esto, nuestra mente va a minimizar rápidamente los malos recuerdos y a idealizar esas buenas experiencias que tenemos en nuestra memoria, creando nostalgia.  Eso no ayuda, pero así es.

Después de un tiempo he aprendido que los que aceptan su nueva realidad más rápido, sufren menos y en general tienden a recuperar o incluso a superar la posición perdida también mucho más rápido.  Posiblemente por eso nunca un niño ha fracasado en un proceso migratorio.

Consejo

Inmediatamente después de subirte al avión, hazte a la idea de que tu vida anterior era «tu otra vida».  Eras tú, pero ahora eres otra persona en otra vida, en otro mundo.  No tienes que olvidar quién eras, pero recuerda que esa era otra persona en otro mundo. Asume tu nueva vida en tu nuevo mundo lo más rápido posible.

Mentalidad de turista

Yo sé: metiste tu vida en unas cuantas maletas y el trabajo de tu vida en una cuenta de banco que seguramente no tiene todo el dinero que mereces por toda una vida de trabajo. Llegaste a un país nuevo, donde todo funciona y ves muchas cosas nuevas que quieres.  Te deslumbras.

Como no tienes trabajo todavía, con la excusa de que hay que conocer tu nueva ciudad, vas a todos lados.  En muchos de esos sitios hay que pagar entrada, pero no importa porque…  bueno…  hay que conocer.

En el supermercado todo es nuevo, así que «tienes» que probarlo, especialmente aquello con los empaques más llamativos.  Si es un poquito caro no importa porque…  bueno…  estás conociendo tu nuevo país.  Algunas veces no es fácil saber qué es caro y qué no lo es.

Como posiblemente no tienes casa todavía, bueno, hay que comer en la calle.  Tal vez no te vas a meter en los restaurantes más caros, pero de vez en cuando piensas: «Me puedo dar este gusto»,  «no es taaan caro», «no voy a comer en McDonald todos los días». Y bueno,  va pasando el tiempo y sigue desapareciendo tu dinero.

Esto tiene muchas variantes:

– Unos llegan y se compran el carro que siempre quisieron, aunque no tengan trabajo.
– Otros, peor, compran el carro de sus sueños, nuevo y a crédito.  Como no tienen trabajo ni récord crediticio, igual les dan el crédito, solo que a una tasa ridículamente alta que en el momento no entienden, pero lo toman igual con la excusa de que «hay que hacer récord crediticio».
– Otros equipan la casa y con cualquier excusa compran lo que necesitan y mucho de lo que no.
– Muchos alquilan la casa de sus sueños, sin saber ni cómo van a pagar.

Lo único bueno de la mentalidad de turista es que se acaba rápido.   Lo malo es que se lleva mucho de tus ahorros con ella.

Consejo:

Cuando vayas a comprar algo, asume que vas a estar en esta ciudad sólo seis meses.  Antes de alquilar, recuerda que no importa lo bueno que parezca ahora, es casi seguro que te vas a querer mudar dentro de un año o cuando termine el contrato.

Desorden financiero

Cuando ya el peso de la realidad ha acabado la mentalidad de turista, nuestro querido inmigrante, con algo de suerte, ya tiene algún trabajo que paga las cuentas.

Un tiempo después ya tiene ingresos que detienen la hemorragia en los ahorros y llega el momento en que la cuenta de banco empieza a crecer. Este es el momento esperado desde que compró el pasaje.

En este momento caes en cuenta de que ahora ganas en dólares, entonces, el pequeño millonario malcriado que todos llevamos dentro despierta y empiezas a tener necesidades que hace un par de meses no existían.

Las opciones son infinitas y el resultado generalmente es el mismo:
La cuenta de banco empieza a sufrir de nuevo, y mucho peor, como ya tienes trabajo, el crédito es fácil, así que las deudas empiezan a subir.
Llega el momento que no puedes pagar la tarjeta de crédito en su totalidad a fin de mes, así que empiezas a pagar intereses.
Para dar una idea de la realidad del crédito en estos países, la imagen abajo es copia del extracto de mi tarjeta de crédito.  En mi caso, siempre pago el 100 % del saldo a fin de mes y eso recomiendo.
A veces la tentación de no pagar completo es grande, así que les invito a que pongan atención a la nota de abajo que dice qué va a pasar si solo haces el pago mínimo de la tarjeta:

Por si a alguien no le quedó claro, la deuda son $4000 los cuales, si solo pago el mínimo, terminaré de pagar en 58 años a un costo de $25000 !!!
Por: Augusto
Imagen: web

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