La torta negra forma parte importante de los festejos navideños, su sabor es maravilloso, y mientras más tiempo lleven maceradas las frutas que la componen, será mucho mejor.
A continuación recogemos la historia de la torta negra:
La torta negra, llega a las costas del actual Puerto Madryn el 28 de julio de 1865 a bordo de un velero, llamado Mimosa. En él, llegaron 153 hombres y mujeres con el solo propósito de mantener vivas sus tradiciones, cultura, religión y cultivar este árido y bello suelo patagónico. Nace, ante una necesidad de un buen alimento de fácil conservación y larga durabilidad, en la colonia galesa del Chubut. Un producto que desde entonces y en la actualidad, se reconoce como típico de la colonia galesa en la provincia del Chubut, siendo este netamente patagónico. John Jones, que recibía el apodo de «Mountain Ash», por el lugar de Gales de dónde provenía, mantuvo su receta en el seno familiar, pasándola de generación en generación, conteniendo como característica principal, los verdaderos secretos del bouquet familiar. La receta fue custodiada y puesta en práctica hasta la actualidad por el amor y las manos de Hilda Jones de Jones, (segunda generación), quien con mucho recelo la mantuvo como un tesoro y recién, el 1ero. de noviembre de 1896 fue transferida y la compartió con Arel Sebastián, su bisnieto. Este se comprometió a cuidarla, conservarla intacta y no alterarla, ya que contiene la historia de su descendencia, junto al amor, de aquellos que con sus manos cultivaron en todo sentido esta Patagonia, teniendo este acto, un real valor histórico cultural y una profunda veneración por su origen. Desde aquel momento se eligió como nombre para recordarla, “torta negra” por ser elaborada en memoria de aquellos antepasados, en la misma forma artesanal, tiempos y preparación completa, macerándose los frutos en licores.
A pesar de no ser una receta de origen venezolano, es tan famosa en Venezuela, que se ha adaptado a los ingredientes que existen aquí y en la época navideña se le puede encontrar en panaderías y pastelerías de todo el país, así como en la mesa de los venezolanos. Prepárela como regalo a sus allegados, o para compartirla en su mesa. Es sencilla, el secreto de su sabor está en la maceración de la fruta.
La maceración consiste en remojar las frutas en liquido, generalmente licor para ablandar su textura e impartirles sabor. Cuando la fruta se macera se debe vaciar en un frasco de vidrio, taparse bien y preferiblemente mantenerse en un sitio oscuro.