Sebastián Francisco de Miranda nació en Caracas el 28 de Marzo de 1750. Hijo de Sebastián de Miranda (canario) y Francisca Antonia Rodríguez (caraqueña), vivió su niñez en el contexto cultural colonial español de la Caracas de antaño.
A los doce años inicia estudios de latinidad en el Colegio de Santa Rosa de Lima, luego cursa Derecho y de Filosofía en la Real y Pontificia (Universidad de Caracas), y en México. Rozando los 21 años viaja a España (En 1771) donde se dedica a las matemáticas, las lenguas vivas y el arte militar.
En Madrid compra el grado de Capitán del Regimiento de infantería de la Princesa por 85.000 reales de vellón. En Melilla, África, recibe su bautismo de fuego, donde destacó en la lucha contra los Moros. Es allí donde inicia su carrera militar, que irá siempre en ascenso, hasta participar con la más alta distinción en las luchas por la independencia de Estados Unidos, en la Revolución Francesa y, naturalmente, en la de América. . Sin embargo, solicita ser enviado a Buenos Aires como voluntario y no lo consigue. Luego, por desavenencias con sus superiores, sufrió arresto en Cádiz.
En 1777, Miranda comienza a compilar su biblioteca, así como sus archivos y su diario. Se interesa por los textos de ideas nuevas y de cultura general.
Toda su pasión revolucionaria va a culminar, en su primera etapa, con la invasión a Venezuela, la cual preparó desde Nueva York.
Con 20 mil dólares que donó Ogden y otras contribuciones, Miranda compró un buque de 180 toneladas, que bautizó con el nombre de su pequeño hijo “Leandro” y otras dos embarcaciones, la “Indostan” y “Emperor” (estas dos finalmente no viajaron).
Con una tripulación abigarrada, sale con su expedición el 2 de febrero de 1806. Diecisiete días más tarde llega a Jacmel, Haití. Allí enarbola por primera vez la bandera venezolana amarillo, azul y rojo.
Sigue hacia las costas venezolanas, con dos goletas fletadas “la Bachus” y “la Bee” para desembarcar en Ocumare, pero cuando están cerca son rechazados por el fuego de guardacostas. El Leandro logra escapar a Trinidad.
Miranda no se da por vencido. Desde la isla de Bonaire, convoca a una Junta de Guerra, el 3 de mayo, y decide llegar hasta Trinidad para reorganizarse y reforzar la expedición.
En alta mar son interceptados por la corbeta inglesa «Lily» que conduce el Capitán Donald Carmpbell. Miranda es reconocido por su alto prestigio y se le facilitan víveres. Sigue hasta Granada. El 7 de junio desembarcan en Barbados, donde el Almirante Alejandro Cochrane le ofrece el apoyo de las Fuerzas Navales de Inglaterra.
Con el Leandro, una goleta y dos buques de guerra, llega Miranda a Trinidad, el 23 de junio. Allí recibe ayuda de Hislop, Gobernador de la isla. Ahora la expedición ha crecido: la forman el Leandro, la Express, la Attentive, la Provost, la Lily, tres cañoneras y tres buques de transporte. Zarpan Miranda viaja en la Lily con el Capitán Campbell, que comanda los siete buques de guerra ingleses. Ya frente a las costas de Coro, el 1 de agosto, la fragata inglesa Bacchante se agrega a la flota.
En la madrugada del 3 de agosto de 1806 mientras los buques descargaban su artillería, se precipitaban a tierra Miranda y sus hombres. ¡Hacía 35 años que no pisaba su tierra venezolana! y ese mismo día, al tomar el Fortín de La Vela, colocan en lo alto el Pabellón tricolor.
Al llegar a esta ciudad de Coro la encuentra prácticamente desierta. La propaganda contra Miranda ha surtido efecto. Sobre todo la del Obispo de Mérida, Santiago Hernández Milanés, que lo pinta como ateo, monstruo, traidor, enemigo de Dios y del Rey.
Riega las calles de papeles y hace proclamas, pero el pueblo, fuertemente influido por la prédica de la iglesia y por el santo temor al Rey, le da la espalda.
Prudentemente, ordena la retirada de las tropas a La Vela, y de allí va hacia Aruba, Granada, Barbados y por último a Trinidad, donde se detiene casi un año, con la esperanza de recibir nuevos auxilios de Inglaterra.
Al no tener respuestas, se va a Londres el 1 de enero de 1807, donde continúa haciendo propaganda a favor de la independencia, a través de su correspondencia personal y del periódico «El Colombiano».
Miranda no descansará y seguirá haciendo que la balanza europea no española se incline a favor de la revolución hispanoamericana. En ese tesonero esfuerzo fue abordado por Bolívar, López Méndez y Bello, en 1810.
Bolívar, durante su permanencia en Londres, se empeña en que Miranda vaya a Caracas. Se necesita de su experiencia. Logra entusiasmarlo el futuro Libertador y Miranda se va detrás de los diplomáticos. Se aloja en Caracas en la casa de Simón Bolívar. Participa en la Sociedad Patriótica y luego en el Congreso. Cuando se declara la Independencia, el 5 de Julio de 1811.
Comenzó muy pronto la reacción realista. Fracasa el Marqués del Toro y nombran Generalísimo a Francisco de Miranda, quien de inmediato se hace cargo del ejército.
Las tropas no son lo suficientemente disciplinadas como para satisfacer al veterano soldado. Monteverde avanza captando simpatía entre la gente del pueblo. Todo conspira en contra de los patriotas. Un oficial entrega el Castillo de Puerto Cabello. El Comandante de la Plaza es Bolívar. Hay deserciones en el ejército patriota, levantamiento de esclavos en Barlovento. Ante estos hechos críticos, El viejo militar prepara la Capitulación con Monteverde, sin consultar a nadie pero es violada por Monteverde poco después. Así se pierde la Primera República.
Decide embarcarse en La Guaira, donde varios oficiales patriotas, entre ellos Bolívar, se le presentan para juzgarle por lo que consideran una traición. Miranda se ve perdido. Los oficiales pretenden someterlo a un Consejo de Guerra. Pero la traición llegó primero. Y el propio Comandante de La Guaira (31 de julio de 1812) ahora está al servicio de los realistas y le impide salir en el barco. Miranda queda arrestado y los demás oficiales logran escapar.
De prisión en prisión, Miranda es trasladado a Puerto Cabello, de allí a Puerto Rico y finalmente Miranda, incomprendido en su momento, va a dar con sus huesos en La Carraca, en Cádiz.
Francisco de Miranda es uno de los próceres más reconocidos en Venezuela y el mundo, por ser el precursor de la independencia hispanoamericana.
Fuente: http://www.efemeridesvenezolanas.com/sec/his/id/270/