Tal día como hoy falleció en Amotape, Perú, Simón Carreño Rodríguez, uno de los intelectuales americanos más importantes de su tiempo y maestro del Libertador Simón Bolívar. En su verbo y acción estuvo presente el pensamiento libertario, junto al análisis de la realidad latinoamericana de su tiempo.
En 1791, el Cabildo de Caracas le concede un puesto como profesor en la “Escuela de Lectura y Escritura para niños”, donde tuvo la oportunidad de ser el tutor de Simón Bolívar.
Para 1794 presentó el escrito crítico “Reflexiones sobre los defectos que vician la escuela de primeras letras en Caracas y medios de lograr su reforma por un nuevo establecimiento”.
Simón Rodríguez desarrolló una revolucionaria concepción de lo que debía ser el modelo educativo de las naciones americanas. En 1824, el mismo Bolívar, en carta al general Santander, decía que su maestro “enseñaba divirtiendo”.
Este espíritu, intentaba romper con las rígidas costumbres educativas del colonialismo español.
Su participación en la conspiración de Gual y España, descubierta en julio de 1797, en contra de la corona española lo obligó a renunciar a su cargo de maestro y huir del territorio venezolano, con 27 años.
En 1797, en Jamaica, cambió su nombre a Samuel Robinsón. Después de permanecer algunos años en los Estados Unidos, en 1801 viajó a Francia. En 1804, con 34 años, se encontró en París con Bolívar. Hecho que fue determinante para la independencia Latinoamericana.
En sus últimos años de vida impartió clases en varios colegios de Quito y Guayaquil (Ecuador). En 1853 emprendió su último viaje rumbo a Lima (Perú).
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