Este es un plato mediterráneo que se radicó en Venezuela a raíz del éxodo italiano, a mediados del siglo XIX. Así, la Pasta Margariteña, con tomate margariteño, pasa a ser un plato adoptado por nuestra cultura.
Con la fabricación y el desarrollo industrial, junto a la emigración italiana en América comienzan las exportaciones, que fueron creciendo exponencialmente. Hacia 1913 Italia exportaba a Estados Unidos más de 70.000 Tm de pasta.
Actualmente, la pasta es uno de los alimentos preferidos a lo largo y ancho del mundo. Ha sido asumida en los recetarios populares de muchas naciones, aunque Italia continúa siendo donde más se consume. El 74 % de la pasta fabricada en Europa se hace en ese país, siendo el mayor productor del planeta.
¿Cómo se prepara una Pasta Margariteña?
Limpia bien los mejillones, quitando las barbas y raspando con un cuchillo para eliminar cualquier resto de la concha. Tira los que estén abiertos o con la concha rota. Lava bajo el grifo con agua fría y reserva. Pica la cebolla y saltea con los ajos picados en una sartén profunda o cazuela, con el aceite de oliva, hasta que empiecen a dorarse. Añade en este punto los mejillones y moja con el vino blanco. Acerca al fuego y cuando empiece a hervir añade el perejil picado, el tomate con su jugo, las guindillas picadas, las hierbas aromáticas y un poco de sal y pimienta. Deja cocer a fuego vivo, removiendo, hasta que los mejillones estén cocidos y abiertos y la salsa quede un poco reducida. Remueve con cuidado para que no se desprenda la carne de los mejillones. Al final incorpora las gambas o langostinos pelados, dejando que cueza brevemente.
Calienta una olla grande con abundante agua. Cuando empiece a hervir cuece la pasta al dente con un poco de sal, escurre y mezcla al momento con la salsa de mariscos. Remueve y sirve con parmesano rallado.
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