Mi pecado tiene nombre. Que broma con el capitalismo salvaje:
Esposo: Gorda ¿te adelantas y te alcanzo en el centro comercial?
Yo: ¡Claro amor!
Yo en Starbucks: ¿Por favor un té verde?
Cajero: ¿Lo desea frío o caliente?
Yo: Frío.
Cajero: ¿Desea el hielo grueso o en frappé?
Yo: En frappé.
Cajero: ¿Lo desea con leche o sin leche?
Yo: Con leche.
Cajero: ¿La leche light, deslactosada, completa o descremada?
Yo: (Mi mente dice: yo lo único que quiero es un té verde) Mi boca dice: deslactosada.
Cajero: ¿Le puedo completar la orden con este vaso de acero inoxidable en “OFERTA”?
Yo: (Mi mente: cómpralo, está en “OFERTA”) Mi boca dice: Si agréguelo por favor.
Cajero: ¿Quiere combatir la desnutrición infantil con la compra de este USB?
Yo: (mi mente: compralooooooooooo) Claro, agréguelo.
Cajero: Son x.xxx.
Yo: (Mi mente: El cooooo÷×&*(@×+) Mi boca: Tome, gracias
(Mi mente: por desbalancearme el presupuesto).
Mi esposo ha contribuido a mi obsesión compulsiva de comprar, es decir, la culpa de esta noche es de él.
#findelcomunicado #hedicho #mipecadotienenombre
Por: Mirsabrina
Fuente: https://experienciasmirsanas.wordpress.com/2
Imagen: http://www.enter.co