La Marcha Verde sobre el Sahara Occidental

El 6 de noviembre de 1975 comenzó a escenificarse el final de la presencia española en el Sahara Occidental, cuando 350000 civiles enarbolando banderas marroquíes, acarreando retratos de su rey, Hasan II, y blandiendo como única ‘arma’ el Corán, cruzaron envalentonados la última frontera de la España colonial en la llamada Marcha Verde.

Al otro lado, detrás de los campos de minas sembrados semanas atrás, se encontraron cara a cara con las unidades de Tropas Nómadas y los dos Grupos Ligeros de Caballería del Tercer y el Cuarto Tercio del Ejército español. Unas fuerzas que tenían como misión la defensa ante un ejército enemigo al que debían disuadir de seguir avanzando y, en caso de no conseguirlo, replegarse. Pero, antes de tomar posiciones, los mandos habían comunicado a sus oficiales que no habría conflicto militar, pues existía un acuerdo político en virtud del cual la Marcha Verde penetraría unos kilómetros y se detendría, sin causar más problemas a las autoridades españolas.

De manera que aquella marcha civil y pacífica avanzaba desde hacía días a través del desierto. Sin embargo, se trataba de una maniobra del hábil Hasan II, planificada en secreto desde meses atrás, para forzar a España la anexión del territorio. Al tiempo que las columnas de civiles se movilizaban bajando por Tarfaya, 25000 soldados marroquíes de las Fuerzas Armadas Reales (FAR) penetraron por el este. Días antes, el Ejército marroquí había ocupado algunas bases y la ciudad de Smara, considerada santa por los saharauis.

El 5 de noviembre, Hasan II se dirigió a los voluntarios para anunciarles que al día siguiente, avanzarían hasta cruzar la frontera. «No quiero hacer la guerra a España», dijo el monarca alauí en su discurso a su pueblo, animándolo a confraternizar con los españoles que encontraran a su paso: «Si encuentras a un español, militar o civil, abrázalo y bésalo y festeja el encuentro». Sus palabras privaron a las tropas españolas de la posibilidad de intervenir para sujetar a las masas. A la vez, jugaba con la amenaza de las FAR, desplegadas en la frontera.

Con el dictador Francisco Franco postrado en una cama, moribundo, la incertidumbre política en Madrid se hizo sentir; el príncipe Don Juan Carlos y el resto de políticos aún estaban pendientes de la evolución del caudillo, y así, la Marcha Verde con la que Marruecos pretendía ampliar los límites de su reino tuvo efecto.

El acuerdo tripartito (entre España, Marruecos y Mauritania) de Madrid, firmado el 14 de noviembre, cedió la administración del territorio a los dos países africanos, aunque Mauritania acabó renunciando por sus dificultades económicas. El acuerdo se cerró sin el reconocimiento de la ONU, lo que dejó al Sahara occidental en un limbo a la espera de un referéndum de autodeterminación que nunca llegó.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/

Imagen: web

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