Para conseguir el éxito hay que trabajar con pasión, esfuerzo y mucha dedicación. Esa fórmula la conoce de memoria María Alesia Branz, a quien desde hace años sus amigos llaman «Lale», mientras miles de personas la conocen como “Lalefit”, la nutricionista venezolana que comparte y enseña a través de las redes sociales información útil para llevar una vida más sana. Hoy, una referencia para los que desean cambiar algunos hábitos alimenticios y un ejemplo para quienes deseen apostar al emprendimiento digital con una propuesta de calidad. María Alesia es como uno la lee y la ve en sus redes sociales: una mujer alegre y animada que sabe muy bien administrar su tiempo y su talento, por lo que pudo crear una marca que es reconocida en varios países.
Sin embargo, no siempre fue así. “Cuando empecé @Lalefit, mi marca en Internet, estaba muy triste, no me sentía útil y fue esta red y estos seguidores, lo que me impulsó a seguir adelante. Yo sentía que cada vez que compartía más información y aconsejaba más, el feedback y la respuesta de mis seguidores era positiva siempre, ahora siento que los seguidores y pacientes me motivan a mi más de lo que yo los motivo a ellos. Es una retroalimentación espectacular, un círculo donde todos somos una comunidad y estamos juntos motivándonos”.
Pero la nutrición no llegó por casualidad a su vida, es un tema que le apasiona desde hace muchísimo tiempo porque siempre ha estado pendiente de su alimentación y en casa, su familia le inculcó la importancia de hacer ejercicios, así que tomar esa carrera no fue una decisión difícil, aunque admite que también contempló la posibilidad de estudiar biología. “Al final me decidí por nutrición en la Universidad Central de Venezuela y la verdad es que fue la mejor decisión”. De hecho, Branz tiene pacientes de Colombia, Argentina, Chile, Miami y España.
Si no fueras nutricionista y motivadora, ¿a qué te dedicarías?
Si no fuera nutricionista y motivadora me dedicaría a estudiar psicología, porque me encanta. He estado pensando en estudiar y especializarme en psicología porque la nutrición está muy vinculada con la psicología. El ser humano relaciona todas sus decisiones de comida en base a sus emociones, especialmente las mujeres, si estamos bravas nos comemos algo, si estamos tristes nos comemos algo, si estamos estresadas nos comemos algo, entonces es realmente apasionante ver cómo la psicología se comunica con la nutrición.
Para una vida sana, ¿existe otra dupla más importante que la buena alimentación más los ejercicios?
Es también muy importante tener un conjunto de hábitos, por ejemplo, tomar ocho vasos de agua al día, comer cinco veces al día, merendar, eso es todo aparte del ejercicio y de la alimentación. Además, la parte psicológica, la parte motivacional es salud y es súper importante. Yo siempre digo que la vida se divide en cuatro cosas: físico, social, intelectual y espiritual, entonces, tener esas cuatro cosas para mí es salud y felicidad también.
¿Ser fitness es solo una moda?
Para unos es solo una moda, pero en realidad no. Ser fitness además, va mucho más allá de no tener un porcentaje de grasa o ser definido, tener masa muscular. Ser fitness es también un estilo de vida, la salud es lo más importante, no hay trabajo ni dinero que valga si la salud no existe. Entonces, si esta moda fitness va a hacer que muchísima más gente logre tener buena salud, yo creo que está muy bien. No debería verse como una moda sino como un camino a seguir.
Después de todo, ¿existe el cuerpo perfecto?
Por supuesto sí, claro que existe el cuerpo perfecto, el cuerpo de cada quien porque cada quien es diferente, cada cuerpo es diferente, con sus cosas buenas, con sus cosas malas, la idea es siempre buscar la mejor versión de uno mismo, tratar de mejorar esas cosas que de repente no están tan bien, mantener las que están bien y no obsesionarse, no a los extremos, mi lema siempre es el balance, poco a poco, si uno es sano con todos sus hábitos y se enfoca en el proceso y no en el resultado, uno va a conseguir un cambio, una mejora impresionante.
Actualmente estás entre Venezuela y Estados Unidos trabajando, ¿cuándo decidiste tomar esa opción?
Fue una decisión bien difícil, que dio muchísimo miedo porque eso uno no lo piensa de la noche a la mañana y llevo ya un poco más de año y medio, yendo y viniendo. La primera vez me fui unos días, la segunda vez unas semanas, la tercera vez unos meses. Pronto me vuelvo a ir y pienso hacerlo durante meses, entonces es como cada vez ir venciendo ese miedo, acostumbrándome, investigando y creando un hogar allá también, que es tan difícil porque es una cultura totalmente diferente, uno está solo, sin su familia; creo que influye mucho eso, si estás con tu familia o no, si tienes una familia formada o no, entonces la verdad que para mi ahorita emigrar es trabajo y mi trabajo es mi pasión.
¿Cómo te ha recibido la gente en Estados Unidos?
Me ha recibido súper bien, aunque me fui a Latinoamérica más o menos porque en Miami, que es donde he trabajado más y he estado viviendo más tiempo, hay muchísimos latinos, muchísimos venezolanos, entonces la verdad es que ese cambio no ha sido tan fuerte. Claro, hay cambio cultural porque hay distintas leyes, todo es más estricto, todo el mundo es más serio, no hay tanto carisma en general, a menos que hables con un venezolano, pero la verdad que me recibieron súper bien, estuve en una oficina de unos americanos, me trataron súper bien y no sentí en ningún momento ni rechazo, ni ningún tipo de sentimiento malo, por parte de los venezolanos tampoco.
¿Cómo fue el proceso de adaptación, cómo es la experiencia de estar fuera de casa?
Para mí el proceso de adaptación afuera fue fácil en cierto sentido, pero difícil en otro; yo siempre he sido como la consentida de la casa, aquí (Venezuela) a uno lo ayudan a hacer muchísimas cosas de la vida cotidiana, conoce más cómo funciona todo, cuando te vas fuera ves que tienes leyes nuevas, instrucciones nuevas, el día a día te cambia muchísimo, tienes que hacer muchísimas cosas en la casa, en tu día a día, que de repente en Venezuela no tenías que hacer. Esta parte afecta, pero también la parte de calidad de vida, también influye muchísimo la parte positiva, como que afuera puedes caminar por la calle, tienes más seguridad, abastecimiento, tienes más planes juveniles que de repente a mi edad eso también es importante, mucha más gente joven, la gente sale, es un lugar alegre, todo eso también influye de manera positiva, entonces, por supuesto, todos los lugares tienen su parte positiva y la parte negativa, pero lo que más me costó fue eso de vivir sola porque siempre he vivido con mi familia.
¿Qué es lo que más extrañas de Venezuela cuando estás afuera?
Lo que más extraño es mi vista al Ávila, verlo todos los días, amanecer con él, anochecer viéndolo. Eso es impresionante, el sonido de los pajaritos, de los grillos, de las guacharacas, todo. También ir a Margarita, que siempre suelo ir con mi familia. Los paisajes, eso es lo que más extraño.
Comparte tres tips para emigrar
El primero, irte legalmente. No inventar. No estar ilegal ni hacer nada que esté fuera de la ley bajo ningún aspecto, o irte a medio ganchete como dicen para terminar de hacer los documentos en el destino, ni nada, irte tranquilo, legal, con tus papeles completos, eso es importantísimo. El segundo, irte con suficientes ahorros, porque afuera la vida no es tan fácil y uno gasta mucho más que en Venezuela, la moneda es diferente y cuando sales te puedes deslumbrar un poco y terminas gastando mucho más, irte consciente de todo esto. Ahorrar. El tercer tip tratar siempre de buscar personas del mismo país que estén fuera, en mi caso me abrí a conocer a muchos venezolanos norteamericanos emprendedores, líderes, no cerrarse.
¿A qué le tiene miedo María Alesia?
A la oscuridad, a los animales del mar y a los animales imaginarios de la piscina y, también tengo miedo a mi zona de confort, estar demasiado cómoda, nunca estancarme a eso le tengo miedo.
¿Con qué sueñas?
Sueño con ver crecer mi negocio, mis redes, mi comunidad, seguir ayudando a muchísima más gente. Más adelante capitalizar en productos Lalefit, formar mi familia, en que Venezuela sea libre y pueda vivir en ella tranquila, esos son algunos de mis sueños.
Lalefit ya es una marca. ¿Cómo la ves en un futuro?
La veo mucho más amplia, con productos, ayudando a muchísimas personas de la comunidad, la comunidad mucho más grande. Para mí lo más importante es poder ayudar cada vez más y más.
¿Cuáles son tus hobbies?
Mis hobbies son hacer ejercicio porque me encanta hacer ejercicios al aire libre, trotar en el parque del Este, subir el Ávila, estar con mi familia, almorzar, cenar con mi familia, tomar vino y comer quesitos viendo el Ávila. Me encanta leer libros que me eduquen, me encanta. Investigar, sobre todo del área de nutrición y de la parte psicológica y de motivación. Estar con mis sobrinos, estar en la playa en Margarita.
Preguntas y respuestas cortas:
Venezuela es: mi hogar, mi casa.
Un valor que te recuerde a Venezuela: resiliencia.
Lo más criollo (venezolano) que has visto afuera es: venezolanos gritándose “hey, qué más, te quiero” de calle en calle de una acera a otra. Los venezolanos somos escandalosos de por sí.
Lo que más extrañas de tu país es: poder salir a la calle sin miedo.
Un venezolano ejemplar para ti: bueno, sin duda, aparte también fue mi mentora, Sascha Fitness, me encanta, súper ejemplo, alguien real.
Las mujeres venezolanas son: naturalidad, resiliencia, carisma, simpatía, reales.
Reconoces a un venezolano en el exterior por: por hablar durísimo, ser simpáticos, son los que te dan besos y abrazos.
Lo mejor de los venezolanos es: nuestro amor por nuestro país, nuestra fortaleza, nuestra esperanza, yo siempre digo que somos personas bien particulares, nuestra fe, nuestra perseverancia, nuestra resiliencia, no nos vamos a rendir hasta ver a nuestro país libre.
Por: Duvrhazka Laya Rodríguez.
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