La llegada del bolívar a Venezuela

Luego del grito de independencia del 19 de abril de 1810, y ante la escasez de plata y oro requeridos en la acuñación de monedas macuquinas (cortadas), el Gobierno de la Primera República acudió al papel moneda como una innovación monetaria en Venezuela.

Al respecto, decía Simón Bolívar: “La emisión de papeles sin otro respaldo que la fuerza de ser gobierno, fue una de las causas de la caída de la República”. Entonces, el Libertador ordenó la apertura de la Casa de Monedas para acuñar la macuquina de plata.

Mientras el Libertador gobernaba, el signo monetario nuestro se fortaleció de tal manera, que sacó de circulación a las monedas extranjeras. La moneda de plata bolivariana, contaba para su fabricación con toda la plata del Potosí y las minas de oro de Guayana.

Pero no es sino hasta el 29 de marzo de 1842, con la traída de los restos del Libertador a Caracas, que el Congreso ordena la acuñación, en Londres, de monedas venezolanas de cobre y cuño nacional denominada centavo, que representa la centésima parte de un peso fuerte, y llevará el emblema del Libertador con la inscripción República de Venezuela. El 12 de junio de 1865, el Congreso promulgó una nueva Ley sobre el régimen monetario, estableciendo como unidad monetaria el “peso fuerte” de nombre “venezolano de oro” con la efigie del Libertador y el Escudo de Venezuela.

Fue el presidente Antonio Guzmán Blanco, quien consolidó el régimen monetario venezolano por el Decreto del 31 de marzo de 1879, creando el “bolívar de plata” como unidad monetaria de Venezuela. El mismo Decreto prohibió la circulación de monedas extranjeras, que en lo sucesivo solo se admitirían en su calidad de mercancías según su contenido del metal fino. La moneda de plata venezolana circuló libremente desde 1879 hasta la década de los 70 del siglo XX, o sea más de 90 años.

Imagen: http://articulo.mercadolibre.com.ve

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