«El catire Páez», como se le llamaba, nació en Curpa cerca de la población de Acarigua, en el estado Portuguesa, el 13 de junio de 1790. Apenas aprendió a leer y escribir, cuando a los ocho años lo envió su madre a la escuela de doña Gregoria Díaz, en la población de Guama.
Comenzó a trabajar en la hacienda La Calzada, en las riberas del Apure. En esta propiedad del rico barinés Manuel Pulido, consiguió trabajo, ganando tres pesos mensuales.
Cuando estalló la revolución en 1810, Pulido llama a Páez para que le ayude en el entrenamiento de los llaneros, que con el tiempo van obedeciendo ciegamente al que llamaban «taita» o tío. En esta época se casó con Dominga Ortiz.
Más tarde, volvió a encontrarse con don Manuel Pulido, quien otorgó a Páez el grado de capitán. Las verdaderas hazañas de Páez comienzan en Mata de la Miel.
Luego viene la acción del Yagual, memorable batalla en que Páez, siendo apenas teniente coronel, tiene bajo sus órdenes a los generales Rafael Urdaneta y Manuel de Servier; al coronel Francisco de Paula Santander y a ocho coroneles más.
En las sabana de Mucuritas, el 28 de enero de 1817, los llaneros de Páez, que suman 1.100, se enfrentan al general La Torre con sus disciplinados y bien plantados húsares. Esta fue la primera derrota del general Morillo en Venezuela.
Decidió Bolívar viajar a los llanos para conocer a Páez. El encuentro se realizó en el hato Cañafístola, el 30 de enero de 1818. Páez hizo que todo su ejército reconociera al Libertador como jefe supremo y pidió que se jurara fidelidad a Bolívar.
El 2 de abril de 1819 fue la increíble batalla de las Queseras del Medio. Al terminar la acción, Bolívar, que había presenciado todo desde la otra orilla del río, no pudo menos que conceder la Cruz de los Libertadores a los 150 héroes. En 1821 se rompe el armisticio que se había firmado en 1820. Reanudadas las hostilidades, Páez, acatando las órdenes del Libertador, salió de Achaguas el 10 de mayo de 1821 con mil infantes, 1.500 jinetes, dos mil caballos de reserva y 4.000 novillos. Se incorporó al ejército del Libertador en San Carlos, donde se terminó de planificar la batalla de Carabobo. Páez comandó una de las tres Divisiones que actuaron en esa gloriosa batalla, el 24 de junio de 1821. Se decidió la acción en una hora, a favor de la bandera venezolana.
En el propio campo de batalla Bolívar asciende a Páez a general en jefe. El remate final de la independencia de Venezuela lo pondrá el mismo Páez, cuando el 8 de noviembre de 1823 toma el castillo de Puerto Cabello, último reducto de los realistas en el país.
Cuando en marzo de 1831 se instaló el Congreso Constitucional, Páez fue nombrado primer presidente constitucional de Venezuela para un periodo que culminó en 1835. En este año es electo presidente José María Vargas. A poco de su mandato, se inicia la llamada Revolución de las Reformas y Vargas es depuesto del Poder. Páez, que se había retirado a descansar, es nombrado para que organice un ejército y defienda la Constitución. Nuevamente descuelga la espada el Centauro y en rápida campaña repone en la Presidencia al Dr. Vargas.
Al concluir este periodo, el Congreso escoge nuevamente como presidente a Páez, quien logra traer a Caracas los restos del Libertador, en 1842.
En 1847 es electo presidente José Tadeo Monagas, con el apoyo de Páez. Y al año siguiente, el 24 de enero, ocurre el atentado del Ejecutivo contra el Congreso Nacional. Ante esa situación, Páez se ve obligado a batirse en defensa de la Constitución, pero con tan mala fortuna, que tuvo que internarse por Nueva Granada hasta Santa Marta, para de allí pasar a Jamaica, Saint Thomas y Curazao. Desde esta isla zarpó el 1º de julio de 1849 y al día siguiente estaba en la Vela de Coro. La escasez de tropas, de municiones y de alimentos, hicieron imposible que Páez se enfrentara con éxito a las tropas del Gobierno.
El caudillo terminó preso en el castillo de San Antonio, en Cumaná. Después de muchas penalidades logró que lo dejaran salir al exterior. Se embarcó en el vapor «Libertad» y llegó a Saint Thomas el 28 de mayo de 1850.
Desde esta isla se dirigió a Filadelfia, donde fue recibido con demostraciones de admiración y cariño; luego se encaminó a Nueva York.
Cuando los Monagas caen en desprestigio tras su Gobierno dinástico, Páez es llamado nuevamente a Venezuela. Ya está viejo, pero repleto de salud. El pueblo caraqueño se vuelca a recibirlo en las calles. ¡Vuelve el Centauro! Se le nombra dictador, pero la situación es difícil. Falcón se ha impuesto con la Guerra Federal y las circunstancias le hacen firmar el Tratado de Coche.
Sale nuevamente Páez al destierro. Tiene el caudillo 73 años de edad. En Nueva York vuelven a honrarlo. De allí pasa a Buenos Aires con la intención de dedicarse al trabajo de cueros de ganado. Pero el presidente de ese país, el gran Domingo Faustino Sarmiento, le confiere el grado de brigadier general.
De Buenos Aires sale hacia Río de Janeiro en 1871; de aquí pasa nuevamente a Estados Unidos. En Nueva York muere el viejo caudillo el 6 de mayo de 1873, a los 83 años de edad… Sus restos reposan en el Panteón Nacional.
Fuente: http://www.efemeridesvenezolanas.com