La fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen María, se celebra en toda la Iglesia el 15 de agosto. Esta fiesta tiene un doble objetivo: la feliz partida de María de esta vida y la asunción de su cuerpo al cielo.
Primeras referencias litúrgicas
Relatos apócrifos
Los relatos apócrifos sobre la asunción de María aparecen aproximadamente desde los siglos IV y V, siendo el más difundido y posiblemente uno de los más antiguos en el Oriente bizantino el Libro de San Juan Evangelista (el Teólogo). Este y otros escritos apócrifos tuvieron gran influencia en diversas homilías y escritos de los oradores orientales, como por ejemplo, Juan de Tesalónica, Juan de Damasco, san Andrés de Creta y san Germán de Constantinopla, entre otros. Si bien no tenían ni tienen carácter histórico, la Iglesia Católica vio en estos escritos el fondo teológico que existía y del cual los relatos eran expresiones adornadas.
La Asunción en Occidente
Debido a factores políticos y lingüísticos, ya que las relaciones con Oriente eran tensas y el griego no se dominaba todavía, la doctrina de la Asunción de María no fue desarrollada sino hasta el siglo XII donde aparece el tratado Ad Interrogata, atribuido a san Agustín, el cual aceptaba la asunción corporal de María. Santo Tomás de Aquino y otros grandes teólogos se declararon en su favor.
Pío V, en el siglo XVI, al momento de reformar el Breviario, quitó las citas del “Seudo-Jerónimo” y las sustituyó por otras que defendían la asunción corporal.
Benedicto XIV señaló la doctrina de la asunción como pía y probable pero sin señalarla aún como dogma.
La influencia del libro llamado el Seudo-Jerónimo, el cual ponía en duda si María fue asunta al cielo con o sin su cuerpo (aunque manteniendo la creencia en su incorrupción) hizo surgir la duda de si la asunción corporal estaba incluida en la celebración de la fiesta. A esto se sumó otro libro que gozó de fama entre los conventos y cabildos, llamado el Martirologio, del monje Usuardo (que murió hacia el año 875) el cual alababa la reserva de la Iglesia de aquella época que preferiría no saber “el lugar donde por mandato divino se oculta este dignísimo templo del Espíritu Santo y nuestro señor el Dios “.
El dogma
En 1849, llegaron las primeras peticiones al Vaticano de parte de los obispos para que la Asunción se declarara como doctrina de fe; estas peticiones aumentaron conforme pasaron los años. Cuando el papa Pío XII consultó al episcopado en 1946 por medio de la carta Deiparae Virginis Mariae, la afirmación de que fuera declarada dogma fue casi unánime.
Así, el 1 de noviembre de 1950 se publicó la bula Munificentissimus Deus en la cual el papa, basado en la tradición de la Iglesia Católica, tomando en cuenta los testimonios de la liturgia, la creencia de los fieles guiados por sus pastores, los testimonios de los padres y doctores de la Iglesia y por el consenso de los obispos del mundo, declaraba como dogma de fe la Asunción de la Virgen María.
Fuente: http://es.catholic.net
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