Hay cinco formas totalmente diferentes de emigrar, y aunque todos ellos son emigrantes y viven fuera de su país (echando de menos su familia, su clima y su comida), no quiere decir que sus partidas hayan sido movidas por los mismos motivos, aunque compartan algunos de ellos.
1. EMIGRACIÓN PROFESIONAL:
Son los llamados “afortunados” de la crisis por tener trabajo. Pero la realidad es que son los que soportan grandes cargas de trabajo, expectativas de promoción inexistentes y reconocimiento. Sienten que tampoco pueden dejarlo por la presión social de “cómo vas a dejarlo con la que está cayendo”.
Estas personas en un país con un funcionamiento normal, cambiarían de trabajo o de profesión.
Son las personas que deciden tomar las riendas de su vida y tener la valentía de dejar lo que no les deja avanzar (sus trabajos en España) para buscar un futuro mejor, fuera de nuestras fronteras.
2. EMIGRACIÓN POR NECESIDAD:
Llevas varios meses en el paro, casi no te queda dinero, no encuentras nada y te comen los gastos.
Los perfiles son muy variados, personas de todas las edades, con estudios o sin ellos, con hijos o sin ellos, que no han encontrado nada en España y no les ha quedado otra que vender todo lo que han podido para empezar una nueva vida en el extranjero.
Su nivel de idioma es básico, y de momento, solo aspiran a trabajos poco cualificados.
3. EMIGRACIÓN FAMILIAR:
Esto no solo aplica a familias con hijos, también hay muchas parejas que uno de los dos ha sido destinado a sedes de otros países (Oriente Medio, Europa, Asia o EE.UU.) y el otro le acompaña.
En algunos casos tienen ayuda de las empresas que les envían; en otros, son familias enteras que se mudan a un destino y empiezan desde cero, y son además de emigración familiar, emigración por necesidad.
4. EMIGRACIÓN POR RECOLOCACIÓN:
Esta persona aterriza en su nuevo destino con trabajo, le es mucho más fácil encontrar alojamiento e integrarse en su nuevo destino, aunque siga teniendo las particularidades de que echa de menos a su familia y su país.
5. EMIGRACIÓN POR FORMACIÓN:
Cuando una persona deja su país para aprender un idioma un tiempo determinado. También puede hacerlo de intercambio, o para estudiar el último curso de la universidad.
Es el típico caso de que vas un verano a estudiar a Irlanda, o el Erasmus en Finlandia, o los nueve meses en Australia.
Varios de estos casos acaban alargando su estancia, e incluso vuelven a ese destino años después. Como es el caso de Nerea o Marta, ambas aterrizaron en sus destinos para aprender inglés y no solo se han quedado, sino que han decidido incluso emprender en sus países de acogida.
Fuente y foto: http://tuvidaendosmaletas.com