El 19 de noviembre es el Día Mundial para la Prevención del Abuso contra los Niños y las Niñas. Los abusos y la explotación a los niños, niñas y adolescentes son un problema alarmante que no distingue país, raza, cultura o condición social, por tal motivo se ha hecho cada vez más necesario pronunciarse frente a este tema y tomar las medidas que sean necesarias a nivel familiar, local, nacional o internacional.
Amparados en los artículos 19 y 34 de la Convención Internacional de los Derechos del Niño, se hace indispensable que los gobiernos y las organizaciones de la sociedad civil jueguen un papel importante en la protección contra toda forma de abuso infantil. De allí que, desde el año 2000 se haya designado el 19 de noviembre como el Día Mundial para la Prevención del Abuso contra los Niños.
Un día en el que se pusiera en evidencia el problema de los abusos a la infancia, se instaran acciones urgentes, pertinentes y eficaces por parte de los Estados y, paralelamente, se conmemorara este día en sinergia con el Día de los Derechos del Niño que se celebra el 20 de noviembre.
Tal y como la definición indica, el maltrato infantil puede ejercerse tanto por acción como por omisión. En función de estos parámetros se definen cuatro modalidades básicas de maltrato:
Maltrato físico: nos referimos a cualquier acto no accidental que provoque lesiones físicas al niño, enfermedades o riesgo de padecerlas.
Negligencia: no atender las necesidades del niño, así como incumplimiento de los deberes de guarda, cuidado y protección, por ejemplo: no atender su estado de salud, higiene o alimentación.
Maltrato emocional: todas aquellas acciones, generalmente de tipo verbal o actitudinal que provoquen o puedan provocar en el niño daños psicológicos, por ejemplo: rechazar, ignorar, aterrorizar, no atender sus necesidades afectivas y de cariño, necesidades de socialización, desarrollo de la autoestima positiva, estimulación.
Abuso sexual: que incluye tanto conductas de carácter físico, como puede ser la violación, el incesto o la prostitución de niños, niñas y adolescentes, como otras conductas sin contacto físico, como puede ser la pornografía infantil o el exhibicionismo ante niños.
También cabe hacer referencia a las modalidades de maltrato en función de los autores, de manera que podemos hablar de Maltrato Familiar: cuando es ejercido por un miembro de la misma familia. Extrafamiliar: ejercido por alguien ajeno a la familia. Institucional: cuando las instituciones no garantizan una atención adecuada al niño, y Social: cuando se da cita un conjunto de factores de carácter social / contextual que impiden garantizar la protección y atención al niño.
En cualquier caso, el maltrato influye directamente y de forma negativa en el desarrollo correcto y pleno de los niños y provoca consecuencias a medio y largo plazo.
Fuente: http://www.minmujer.gob.ve/
Imagen: Web.