Durante la Primera y Segunda guerras mundiales millones de mujeres pacifistas se movilizaron en Inglaterra, Francia y Alemania a favor del desarme. En el año 1975 los movimientos de mujeres antimilitaristas hicieron un llamamiento a la Asamblea de las Naciones Unidas para enfatizar sobre la necesidad de desmilitarización de la humanidad; y durante la década de los 80 crecieron las redes de mujeres en Gran Bretaña contra las bases militares. Serían estas últimas las que motivarían la emergencia del Día Internacional de las Mujeres por la Paz y el Desarme, el cual se instauró el 24 de mayo de 1982.
Este día y el rol de las mujeres en los contextos armados sería abordado en la Conferencia Mundial de Mujeres celebrada en Beijing en el año 1995, en la cual se denunció el hecho de que la mayor proporción de víctimas de los procesos bélicos y conflictos armados son mujeres. En estos escenarios el cuerpo de las mujeres es sometido a estrategias de explotación, principalmente de carácter sexual, convertidas en botín de guerra, expuestas a la esclavitud sexual, el embarazo y la esterilización forzada. Además de ello, se han denunciado los feminicidios, la exhibición de cadáveres en condición de desnudez y la mutilación de los cuerpos como una forma de ejercer el control.
Frente a este hecho, el Día Internacional de las Mujeres por la Paz y el Desarme se ha instaurado como un medio para visibilizar la problemática, fomentar la toma de conciencia, visibilizar los esfuerzos de las mujeres por la construcción de una cultura de paz y convocar a los Estados a apoyar las iniciativas desarrolladas por las mujeres en favor de los derechos humanos.
En las últimas décadas se ha evidenciado un creciente liderazgo de las mujeres, -madres, abuelas, hermanas, primas, hijas, novias, esposas, concubinas-, en la eliminación y minimización de la violencia, así como, su participación activa en el proceso de desarme de hombres portadores de armas de fuego ya sean de tipo licito o ilícito, hecho manifiesto fundamentalmente a través de la solicitud o exigencia de abandono de las armas de fuego por parte de sus parejas, esposos, compañeros, novios, pero también de sus hijos y nietos, con el objetivo de minimizar el delito, la inseguridad, las muertes violentas y ayudar a mejorar la calidad de vida en sus comunidades.
Fuente: http://www.epgconsultora.com.ve