Cuatro años después de que compráramos nuestro primer carro aquí, decidimos que era hora de cambiarlo, y les voy a contar los detalles, porque el proceso fue de lo más curioso, y a lo mejor esto le puede servir a alguien.
Primero las reglas:
Regla #1: Si lo quieres ¡YA!, vas a pagar más.
Una de las cosas que hemos aprendido en este tiempo, es que cuando vas a hacer una compra importante, debes hacer la tarea y decidir exactamente qué quieres. Cuando tienes eso claro, te sientas a monitorear el mercado y a esperar la oportunidad.
Aquí puedes comprar lo que quieras en cualquier momento, si no te importa el precio, pero si te interesa hacer rendir tu duramente ganado dinero, hay que buscar activamente el momento para comprar.
Como ejemplo, nuestro carro pequeño (el que uso diariamente para moverme), cuando decidí comprarlo costaba alrededor de A$20.000, pero lo conseguí, nuevo, en A$15.000. Tuve que esperar un par de semanas hasta que cierta agencia lo puso en superoferta porque debían mudarse, pero pagué 25 % menos, por lo que el carro nuevo me terminó costando menos que algunos usados similares que había visto.
Regla #2: Si no negocias, pagas precio full
Para mi sorpresa, he descubierto que aquí puedes pedir rebaja casi en todo. Incluso las empresas grandes, saben eso y se preparan en consecuencia.
Yo conozco y entiendo plenamente el pequeño placer que representa comprar como si a uno no le preocupara el precio, pero en Australia, lo mejor es todo lo contrario, al menos si quieres hacer rendir tu dinero.
Aquí, si estás vendiendo, independientemente del precio, es casi seguro que te van a pedir rebaja. Y si tu compras, el que vende te va a dar un precio, pero es casi un hecho que tiene otro precio en mente para cuando pidas la rebaja. Si no la pides, te la pierdes.
Haciendo la tarea
Bien, con las reglas en mente, nos fuimos mi esposa y yo a hacer la tarea y a ver los carros en las agencias. Empezamos viendo carros usados y luego nuevos, hasta que finalmente coincidimos en que lo que los dos queríamos era simplemente actualizar la camioneta que teníamos por un modelo más reciente.
Consejo:
A todos los que vengan con familias de cuatro o mas, les recomiendo totalmente las Kia Carnival, pues aparte de ser carros súper cómodos y extremadamente confiables, la posibilidad de usarlos para cargar cosas los hace una opción espectacular para los recién llegados, pues es impresionante todo lo que uno se puede ahorrar en fletes si se bajan los asientos y se la usa cuando uno necesite mover cosas (nuestra primera mudanza la hicimos totalmente en la Carnival). Adicionalmente, se pueden conseguir fácilmente usadas, y como son carros familiares, es poco probable que hayan sido maltratadas, por lo que vas a tener carro para rato.
La decisión
Pues cuando vimos el modelo nuevo de la Kia Carnival (Sedona en América), el asunto fue amor a primera vista. Tratamos de resistirnos, pero aún sabiendo que comprar carro nuevo en estos países es un mal negocio, no había nada que hacer. Vimos otras opciones pero no había punto de comparación.
Comprando
Bien, pues ya claros en lo que queríamos, fuimos primero a Internet y después visitamos algunos concesionarios. Ya algunos amigos nos habían advertido que para comprar carro aquí hay que armarse de paciencia y no estar apurado para nada, y así lo hicimos. Visitamos varios concesionarios, y después de varios días de duras negociaciones, conseguimos el carro que queríamos en algo cercano a A$7000 por debajo del precio de lista, que fue el primero que nos dieron.
El proceso es más o menos el siguiente:
Llegas al concesionario, miras, tal vez sacas el carro, le das una vuelta, haces las preguntas de rigor y antes de responderlas te invitan al escritorio del vendedor.
SÚPERIMPORTANTE : SI NO SABES, NO FIRMES NADA.
Pues resulta que ya hiciste las preguntas, te dieron el precio, y estás hablando con el vendedor en su escritorio como si nada. De repente, el tipo empieza a hacerte preguntas y tú las vas contestando. Al rato se va a la impresora y regresa con una insignificante hojita y te la dan para que la firmes. En esa insignificante hojita, te estas comprometiendo a comprar el carro. Una vez que la firmas, ya dejaste ir todo tu poder de compra, y con ello tu posibilidad de obtener un mejor trato. En nuestros viajes a los concesionarios encontramos que esto es algo así como un standard behaviour (casi «modus operandi», diría yo).
En nuestro caso, duramos dos días negociando. De negociación pura y dura, yo diría que fueron tal vez unas cuatro a seis horas. Al final de todo, nuestro pobre vendedor estaba extenuado (entregado, diría yo) y yo casi puedo decir que me puse triste cuando terminó, pues todo fue sumamente entretenido.
Una vez todos los detalles de precio, modelo, color, accesorios y demás están totalmente definidos y por escrito, ya puedes firmar la «oferta» que haces por el carro. Ya con la oferta aprobada por el concesionario, solo queda cuadrar el pago, y al cabo de unos días ¡te entregan tu carro!
Por: Augusto
Fuente: http://decapacho.blogspot.com/
Imagen: web