Hoy llamé a mi compadre Landy en Venezuela. Él, por supuesto, empezó a contarme cómo ya estaba obstinado de comer todos los días esos deliciosos platos navideños venezolanos como hallacas y pan de jamón. De cómo hace dos días fue a nuestro sitio de arepas favorito «Arepas el tren» a las 2 de la mañana después de tomarse unas cervezas POLAR y pidió una de las famosas arepas de pernil con salsa tártara. Él es como uno de esos mejores amigos, que todos hemos tenido en casa, que apreciamos mucho, pero que después de 10 minutos hablando con él lo único que quieres es darle una cachetada con un refrigerador.
Pero dejando de lado el triste tema de la baja calidad de los amigos que tengo, algo que dijo que me llamó mucho la atención fue que él tenía dos teléfonos móvil asociados a la misma línea de teléfono. Inicialmente no entendía ¿por qué motivo puedes necesitar dos teléfonos asociados al mismo número? Sí entiendo dos números diferentes en el mismo teléfono: digamos un número del trabajo y uno personal, ¿pero en qué escenario puedes necesitar el caso contrario?
Él, me explico pacientemente como si yo fuese su hijo mongólico desaparecido. «Claro compadre, uno es para la casa, que tiene el What’s App y el otro es uno chimbito para la calle por si me lo roban». No pude parar de reírme durante 10 minutos. Como cuando te pasa algo tan pero tan malo que lo único que puedes hacer es reírte. En este caso, lo malo no me está pasando a mí directamente, pero sí a mis amigos y familia.
Después de eso pensé que el precio de no poder comer mis arepas favoritas en la madrugada después de rumbear con los panas no era un precio tan alto a pagar.
Por: GianSaro.
Fuente: http://proyectodejarelpelero.blogspot.com/
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