El 5 de diciembre de 1813 se llevó a cabo la Batalla de Araure, con la cual las fuerzas republicanas de Simón Bolívar y Rafael Urdaneta frente a las tropas realistas de José Ceballos y José Antonio Yáñez, resultaron vencedoras después de seis horas de lucha.
Para enfrentar la amenaza en Araure, Bolívar reunió una tropa de más de 5000 hombres. Simón Bolívar llega a San Carlos el 27 de noviembre y divide su tropa en cuatro batallones. La batalla inició al amanecer del 5 de diciembre y se estima que tuvo una duración de seis horas.
Las filas patriotas resultaron vencedoras, apoderándose del armamento realista, cuatro banderas y cientos de prisioneros. Este encuentro fue decisivo para frenar la marcha de los españoles hacia Valencia, quienes se vieron obligados a regresar a sus posiciones previas, Yánez a Apure y Ceballos a Coro.
Ante esta victoria, los realistas se encontraban desmembrados, y solo las tropas realistas de José Tomás Boves permanecían en pie de lucha, aunque estaban (irónicamente) conformadas en su mayoría por llaneros, esclavos e indígenas venezolanos.
Durante esta batalla peleó el batallón sin nombre, título designado por Bolívar, como castigo, a un grupo de soldados que por su falta de coordinación e indecisión causaron que el ejército patriota perdiera una batalla que ya estaba casi ganada en Barquisimeto. Se les negó un nombre y el derecho a llevar bandera.
Sin embargo, durante la Batalla de Araure, el batallón sin nombre bajo el mando del coronel Florencio Jiménez, se convierte en una pieza fundamental para la victoria de los republicanos.
Solo entonces, Bolívar manifestó:
«Soldados:Vuestro valor ha ganado ayer en el campo de batalla, un nombre para vuestro cuerpo, y aún en medio del fuego, cuando os vi triunfar, le proclamé del Batallón Vencedor de Araure. Habéis quitado al enemigo banderas que en un momento fueron victoriosas; se ha ganado la famosa llamada invencible de Numancia».
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