Astros de Houston se proclamaron campeones de las Grandes Ligas, tras superar 5-1 a Dodgers de Los Ángeles, y pusieron fin a la sequía para el estado de Texas en el béisbol de los Estados Unidos. Por primera vez en la historia, un equipo del segundo estado más grande del país norteamericano, se proclama campeón del mejor béisbol del mundo.
Los siderales, fundados en 1962, consiguieron en apenas su segunda serie mundial, un título más que labrado. Una organización que tuvo en sus filas a jugadores de la talla de Jeff Bagwell, Craig Biggio, Nolan, Ryan, Lance Berkman, Roger Clemens o Richard Hidalgo, debieron esperar más de medio siglo para que una “pandilla” de muchachos, encabezados por José Altuve, Carlos Correa, George Springer y compañía, se hicieran hombres al levantar un título que se les venía haciendo esquivo.
Como no podía ser de otra forma, en una serie mundial que cerraba en Los Ángeles, el séptimo juego entre Astros de Houston y Dodgers de Los Ángeles fue digno de una estrella en el “Paseo de la Fama”, de Hollywood.
Bregman, vivo como pocos, se estafó el tercer cojín, y anotó en carrera gracias a un rodado hacia la inicial de José Altuve, quien llegó a seis remolques en la Serie.
Del otro lado, Lance McCullers Jr. (apenas cuenta con 24 años), sintió el rigor de la situación que lo envolvía y permitió un largo doblete de Chris Taylor para iniciar el compromiso. A partir de ese momento intercaló ponches y golpeados (abanicó a Corey Seager, golpeó a Justin Turner, ponchó a Cody Bellinger y le dio bolazo a Yasiel Puig), antes de retirar con un rodado a Joc Pederson, para poner punto y final a un temerario primer acto.
Roberts, en un intento desesperado de mantener el duelo lo más cerrado posible, introdujo a Kenley Jansen en el séptimo capítulo, y el curazoleño retiró el episodio, no sin antes regalar un pasaporte a José Altuve, quien se estafó la segunda almohadilla, para conseguir su primer base robada de la Serie Mundial.
Morton se mantuvo sobre la lomita y dominó la toletería de los Dodgers tanto en el séptimo, como en el octavo tramo, mientras que Alex Wood silenció la ofensiva de Astros de Houston en los últimos dos tramos del compromiso, dejando toda la expectativa para la novena entrada.
Ante los 54.128 fanáticos presentes en el Dodger Stadium, Charlie Morton saltó al montículo, dominando a Chase Utley, por la vía del ponche, y posteriormente a Chris Taylor y Corey Seager, ambos con rodados a José Altuve, jugador que los llevó de la mano a esta Serie Mundial, y en cuyas actuaciones se selló el primer título en la historia de los Astros.
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