El 25 de marzo de 1814 muere Antonio Ricaurte defendiendo el parque patriota en la Batalla de San Mateo.
El día 25 de febrero de ese terrible año de 1814, Boves ocupó la población de Cagua con más de ocho mil soldados. Bolívar ordenó atrincherar el camino de La Victoria, para impedir el avance del jefe realista hacia Caracas.
Al amanecer del día 28 bajaron los realistas de la Punta del Monte y atacaron con toda su furia las líneas defendidas por Bolívar y Lino de Clemente. Tras varias horas de combate, Boves parece incontenible. En medio del fragor, Villapol fue herido mortalmente. Vicente Campo Elías, que venía con Bolívar desde Mérida, también cayó casi fulminado y murió a los pocos días.
Pese a todo, resultó victorioso Bolívar en San Mateo, mientras Boves se alejaba un tanto para curar sus heridas. Bolívar sabía que Boves regresaría. Por eso mandó a Manuel Cedeño para que, con 20 escogidos, fueran a apoderarse del jefe realista en Villa de Cura, donde se restablecía. Pero se frustra el plan.
Ordena el Libertador, entonces, ampliar la defensa, hasta la casa del Ingenio, en las alturas. Están sitiados, pero no hay acciones. Finalmente, el 20 de marzo reapareció Boves frente a sus tropas, inspirando gran entusiasmo. Atacó de inmediato, pero Bolívar resistió. Reanudó los asaltos los días 22 y 23, pero no consiguió sino mermar sus fuerzas, tras las sensibles pérdidas.
Boves quería hacerse dueño del parque existente en la casa alta del Ingenio, custodiado por el joven granadino Capitán Antonio Ricaurte, con apenas unos cincuenta hombres.
Entonces, ordena una movilización desde la madrugada del día 25, bordeando el cerro donde está la casa alta. La sorpresa dio resultado a Boves, cuyas tropas cercaron la casa del parque, dispuestos ya a tomarla.
Abajo, el combate era incesante y sin tregua. Ricaurte, viendo perdido el gran material que tenía a su cuidado, mandó salir a sus compañeros y desalojar de la casa a los enfermos y heridos…esperó justo el momento en que penetrara el mayor número de realistas y con un tizón encendido voló el parque, y con él los que ya habían logrado entrar; aquella acción costó la vida al mismo Ricaurte, pero él estaba dado a este tipo de decisiones heroicas.
El estruendo fue horrible; las llamas se elevaron por metros y el humo, en densos torbellinos, impedía la visibilidad. Todos quedaron atónitos, patriotas y realistas.
Acto seguido, Boves moviliza sus tropas en retirada, pero no definitiva. Por unos días más mantiene el sitio de San Mateo hasta que, prolongado éste ya por unos cuarenta días, y ante la imposibilidad de rendir a Bolívar, decide el jefe asturiano alejarse de aquel campo donde dejó más de 800 hombres, entre muertos y heridos. Los patriotas perdieron noventa de sus oficiales y soldados, entre muertos y heridos.
«San Mateo no es simplemente una batalla. Entre los Episodios más trascendentales de nuestra guerra de Independencia, figura en primer término; simboliza el heroísmo de la revolución».
«San Mateo es Bolívar; la energía de todo un pueblo sintetizada en un hombre; el NO supremo de una voluntad incontrastable, opuesto como escudo de hierro a la propia flaqueza y a la contraria fuerza; la resistencia irresistible de un propósito inmutable; la gran vibración de la fibra latente en el Decreto de Trujillo; uno de los más arduos, si no el más rudo, de los innúmeros trabajos del Hércules americano», Eduardo Blanco – «Venezuela Heroica».
Fuente: http://www.efemeridesvenezolanas.com
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