La fundación de San Carlos de Austria, hoy capital del estado Cojedes se generó como consecuencia de un largo proceso, pero se puede tener el 1 de marzo de 1678 como el día de su conmemoración, según Torcuato Manzo Núñez, basado en una serie de argumentos, dando por fundador a Fray Pedro de Berja o Verja.
Por la Real Cédula, fechada en San Lorenzo del Escorial, el 28 de septiembre de 1676, el rey Carlos II de España aprobaba la formación de «Pueblos de españoles para resguardo de indios». Así se concedía a los misioneros de la Provincia de Caracas, las atribuciones pertinentes para fundar un pueblo de Españoles en las riberas del río Tirgua, que sirviera de asiento permanente y resguardo a los indios que estaban congregados en las Misiones y pueblos cercanos, con el objeto de irlos imponiendo en la vida comunitaria.
A pesar de que no hay un acta constitutiva, sí hay constancia de una solicitud hecha por el fraile ante el gobernador de la Provincia de Venezuela, Fernando de Villegas, para fundar una villa con el nombre de San Carlos aprobada en 1677 y por la Real Cédula mencionada, a finales de 1677.
Monumento al Mango. San Carlos, Cojedes.
Se estudió el terreno, se escogió el sitio adecuado y para materializar la fundación, se acordó repartir a cada uno de los vecinos, dos fanegas de tierra para que hicieran sus labranzas, casa y corrales para la cría de ganado; además, se le reconocía al patrimonio de la villa, como terrenos ejidos, cinco leguas de extensión en sus contornos.
En principio, la demarcación hecha por el gobernador Alberro para la villa fue de «…cinco leguas en su contorno…». La villa fue creciendo poco a poco y a mediados del siglo XVII empieza a tener significación histórica con los movimientos preindependentistas de Andresote y Juan Francisco León.
En la independencia destacaron hechos como la Batalla de las Mujeres y la concentración del Ejército patriota que participaría en la Batalla de Carabobo, en 1821, en la Casa de La Blanquera, donde el Libertador dio los toques finales al plan de acción de la trascendental batalla.