LOS GRILLOS EN LA FRONTERA III

Por: Nelly Rodríguez.

Una dura travesía de regreso a casa

 

Una vez de regreso a casa, los Grillos se dispusieron a recorrer la subida de la montaña que los conducía a su hogar. Sin realizar un cálculo real del combustible que había en el tanque para hacer todo el trayecto, de repente, el vehículo de la Señora Grillo se quedó varado en la mitad de la subida. Toda nerviosa comenzó a tocar la bocina para llamar la atención del señor Grillo que iba en la motocicleta un poco más adelante.

Ya los dos juntos, dejaron caer el vehículo varias curvas hacia abajo donde había un parador turístico, el cual sirvió de refugio temporal hasta resolver la situación del combustible. El lugar estaba totalmente a oscuras y solo, realmente daba miedo, pero en minutos comenzaron a llegar otros vehículos que presentaban la misma problemática. Por su parte, el señor Grillo después de caminar por todo el lugar, al fin consiguió señal de celular para comunicarse con un amigo que le trajera un poco de combustible para seguir el camino a casa.

En la espera, llegó una patrulla con las moscas verdes, pensaron por un instante que fueron a brindar ayuda y apoyo de seguridad; revisaron la documentación de todos los vehículos y desaparecieron sin dejar rastros, nuevamente se encontraron solos, a la merced de los amigos de lo ajeno. Pasadas dos horas hasta las 11 de la noche  al fin llegó el amigo Chongo, abastecieron el vehículo y siguieron hacia su casa.

Ya en casa y resguardados luego de esa larga travesía, se dispusieron a tomar una ducha para dormir, consiguiéndose con la sorpresa que no había agua. Un poco abrumados los señores Grillos buscaron un balde con agua, para darse una manita de gatos, o lo que es lo mismo una enjuagadita, y así poder relajarse al fin, y descansar del arduo primer viaje de la señora Grillo al otro lado.

Continuará…

Sra. Grillo

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