Los buñuelos, postre de fácil elaboración, provienen de una masa de harina que se fríe en abundante aceite. Este postre se ha desplazado por diversas culturas a través de los siglos y cada una ha creado su versión. La masa puede mezclarse con agua, leche, huevo o levadura, y son dulces o salados, dependiendo de su relleno.
En Venezuela se usa una variedad de componentes en su preparación, siendo los más comunes los buñuelos de apio (arracacha), batata, yuca y calabaza o auyama (zapallo).
El buñuelo ya era consumido por culturas mesoamericanas (aztecas y mayas) en diversas celebraciones. Originalmente se hacía con maíz o frijol y en la época de la conquista se empezó a utilizar la harina de trigo.
Después de la romana, la primera sociedad europea que consumió buñuelos, fue la árabe, que habitaba fundamentalmente el sur de la península ibérica. Sus ciudadanos, que mayoritariamente realizaban trabajos de baja categoría, también desempeñaban el oficio de vendedores ambulantes de buñuelos. En Sevilla y Granada, eran postre típico los fritos en aceite y cubiertos de miel.
Cómo elaborar los buñuelos
- Se hierven los ingredientes hasta que ablanden.
- Se les puede agregar harina para mayor consistencia.
- Huevos, dependiendo de la cantidad de verdura utilizada.
- Sal al gusto.
- Se forman bolitas de unos 4 a 5 cm y se fríen en abundante aceite.
- En paralelo se prepara un melado de azúcar o preferiblemente de papelón, pero la mayoría lo acompañan con miel.
Se sugiere humedecer las manos con aceite al preparar las bolitas de masa para evitar que estas se peguen.
Hay distintas clases de buñuelos:
Aparte de los ya señalados, tenemos otros estilos para elaborarlos:
- De viento (sin ingredientes adicionales, con tan solo la masa).
- De bacalao, calabaza, manzana, piña, queso, e incluso el buñuelo de cambur.