El inmigrante, estereotipos e imagen personal

Estereotipos

Los estereotipos son modelos que se van construyendo en función de factores externos e internos del individuo, que generalmente están basados en ideas sin fundamento cognitivo, no experiencial y suelen ser producto de falsas creencias compartidas. No obstante, su irrealidad tiene impacto en la sociedad y en las personas.

Por ejemplo, en los Estados Unidos, donde es poco común que los nacionales usen de manera correcta los cubiertos, se dice que los venezolanos son unos presumidos porque pretenden usar los cubiertos hasta para comer pizza.

Hoy se usa en España el término “sudaca” en forma despectiva para referirse a los sudamericanos, cuando en sus inicios (años 70-80) se usaba en forma positiva para reconocer el movimiento cultural sudamericano que se integraba a la sociedad madrileña. Vemos con estos ejemplos jocosos, que estos conceptos se basan en irrealidades, en falsos supuestos. Sin embargo, están cargados de contenidos sociales, culturales y raciales que se expresan en forma discriminatoria y prejuiciosa.

Realidad migratoria

En esta nueva realidad migratoria que vive la nación venezolana, se hace necesario concientizar la existencia de estos estereotipos para comprender algunas conductas y actitudes hacia quienes llegan a los diferentes países que los acogen y les dan oportunidades para desarrollarse. Tanto los nacionales del país receptor tienen estereotipos de los venezolanos, como los venezolanos tienen estereotipos de los nacionales. Entonces, se hace necesario superar, en ambos grupos, estos modelos errados.

Podemos inferir que algunos venezolanos inmigrantes no han tenido el mejor desempeño en el país receptor, el cual generalmente funciona como una sociedad ordenada, donde el estado de derecho (las leyes) son cumplidas en forma voluntaria y natural, donde ya la promesa de castigo por incumplir la ley no es el elemento motivador, sino la costumbre del orden social; elementos estos que, aunque se han perdido en Venezuela, los venezolanos en general procuran cumplir para adaptarse fácilmente al estilo de vida y orden social del país receptor.

Imagen visual

En cuanto a la imagen visual, es un paradigma mundial que una persona bien vestida, que huele bien, camina con prestancia y segura de sí misma, es comúnmente aceptada y tratada con respeto por todos los miembros de la sociedad. Esto no es un estereotipo, es una costumbre humana, histórica.

Si a ello agregamos la cultura y tratamos a todos con respeto, cortesía, humildad y empatía, crearemos una atmósfera de buenas relaciones, que abrirán las puertas a entrevistas de trabajo, a la creación de lazos de amistad con los nacionales, quienes se interesarán por conocernos mejor y encontrar la explicación de por qué el estereotipo que manejan no se cumple en nosotros.

Visto así, notamos que es muy fácil para los venezolanos lograr una buena imagen de inmigrante, porque usualmente estamos acostumbrados a acicalarnos bien, vestir bien, oler bien, en el caso de las damas a maquillarse bien y peinarse, a hacer uso de las normas de cortesía, somos gente que pide la bendición a sus padres, tíos, abuelos etc., como señal de respeto y reconocimiento de la autoridad.

El toque personal que cada uno le ponga a esta imagen, por su personalidad, debe ir acompañado de la inteligencia emocional, es decir, de expresar nuestras emociones en forma inteligente e intencionada.

Tenemos en nuestras manos, en nuestra conducta, en nuestra forma de relacionarnos con los nacionales del país receptor y en el uso de la excelencia en el desempeño laboral, las herramientas para erradicar los prejuicios y las discriminaciones con las cuales nos podemos encontrar en nuestro proceso migratorio.

Por: Tomás Castellano

Fuente: http://www.inmigrantesenmadrid.com

Imagen: Web

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