Desde el año 2003, cada 17 de diciembre se conmemora el día para eliminar la violencia contra las trabajadoras sexuales. En esta fecha se recuerda a las trabajadoras sexuales víctimas del asesino de Green River en Seattle (Washington) en 2003. Asimismo, se denuncian los delitos cometidos contra las trabajadoras sexuales, la necesidad de acabar con el estigma y la discriminación consecuencia de las leyes abolicionistas.
En América Latina y el Caribe mueren cientos de mujeres anualmente, cuyos asesinatos quedan impunes.
La meta de este día es llamar la atención sobre los continuos actos de violencia e injusticia a los que son sometidas las trabajadoras sexuales, haciendo hincapié a la vida, al respeto y la lucha permanente por la justicia y los derechos humanos.
La prostitución es una relación económica que ha existido en las diferentes etapas del proceso histórico social de la humanidad, si bien sus causas, condiciones, penalización o reconocimiento continúan siendo objeto de discusión y polémica -encontrando mayor o menor aceptación de acuerdo a las particularidades culturales de cada sociedad-, la realidad es que las trabajadoras sexuales son el grupo social más vulnerable a la violencia.
Las mujeres que han hecho de la prostitución su medio de vida se encuentran expuestas y sometidas constantemente al estigma y la discriminación en sus entornos familiares, grupos de amigos, comunidades y ámbitos académicos; esta situación –de no contar con grupos de apoyo- dificulta aún más las posibilidades de que las mujeres puedan abandonar este estilo de vida e insertarse en otros ámbitos económicos.
Pero además del rechazo social en los ambientes en los que hacen vida, las trabajadoras sexuales también son víctimas de violencia por parte de desconocidos en los espacios públicos, clientes y proxenetas; esta violencia se presenta en forma de asaltos, agresiones, violaciones y asesinatos.
Aunado a la violencia específica que puedan recibir de particulares, también son víctimas constantemente de la violencia por parte de los órganos de seguridad donde experimentan tratos crueles, humillantes e inhumanos, entre los que destacan las extorsiones, las amenazas de ser encarceladas, la violencia física, psicológica, verbal y, principalmente, sexual.
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