El I Congreso Grancolombiano de Médicos Veterinarios fue instaurado en el año 1946. Esta actividad se llevó a cabo del 21 al 28 de julio, en las instalaciones del Liceo «Andrés Bello» en Caracas (Venezuela). Fue en este evento donde se estableció la celebración del Día Nacional del Médico Veterinario, cada 21 de julio.
El congreso estuvo pleno en propuestas de índole profesional, gremial, académica y social, tanto que, durante su desarrollo, los representantes de los países asistentes (Colombia, Ecuador, Panamá y Venezuela) decretaron celebrar el 21 de julio de cada año el “Día del Médico Veterinario”. Sin embargo, en la actualidad, solo Venezuela lo sigue haciendo este día.
A partir de este decreto, un grupo de médicos veterinarios comenzó a reseñar y divulgar la historia de la profesión, pero desde el enfoque metodológico de la Historia Reciente, porque los escritos y trabajos de investigación se centraron fundamentalmente en los hechos del propio siglo XX y con la particular característica de que se dedicaban a la crónica y al ensalce de los protagonistas y no al análisis del hecho y su impacto social.
En esta escuela de pensamiento, destaca el español Carlos Ruiz Martínez, quien residió en Venezuela por varios años, y produjo una serie de escritos de historia de la profesión en el país durante el postgomecismo. Martínez, además, estaba en estrecho contacto con el equipo de trabajo investigativo formado posteriormente por Cordero de Campillo en España.
A este grupo pertenecen también destacados docentes y prolíficos escritores de las facultades y escuelas de Medicina Veterinaria nacionales, como Enrique Vogelsang, Alberto Baumeister, Jorge Hernández Rovati, Walter Dubuc Marchiani, José Hernández Romero, Gabriel Carreño, Ramón Parra Atencio, César Carvallo y Jesús Torrellas Alvarado, cuyas publicaciones constituyen el grueso del acervo historiográfico médico veterinario venezolano.
Ya hacia finales del siglo XX, emerge la Etapa de Transición de la Historiografía Médico Veterinaria Venezolana, en donde se pueden mencionar los trabajos de los médicos veterinarios e historiadores Carlos Vargas, Atilio Atencio, Pedro Piñate, José León Arenas, Gabriela Rodríguez-Arrioja y Gustavo Pappaterra Mendoza, quienes amplían el tiempo histórico de investigación, profundizando en los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX venezolanos, en el estudio de los orígenes y evolución de la producción animal y tras la pista de la presencia de “los sanadores de animales” y del impacto de sus actuaciones en el éxito productivo y sanitario.
Aquí también cabría mencionar al reconocido historiador Ramón J. Velásquez quien, en su trabajo sobre Telmo Romero, analiza la vida y obra de este “médico veterinario frustrado” y los avances de la disciplina de la sanidad animal en tiempos de Joaquín Crespo.
Con el nuevo milenio aparece la Escuela Venezolana de la Historia Social de la Medicina Veterinaria, en la cual se toman en cuenta los trabajos de Yajaira Freites en el Departamento de Estudios de la Ciencia del IVIC, quien se ha centrado en la historia social de la ciencia en Venezuela, lugar en el que ha realizado la mayoría de sus publicaciones.
Fuente: http://www.panorama.com.ve
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