Billo Frómeta: un dominicano que se ganó el corazón de los venezolanos

El 31 de diciembre de 1937 llegó a Venezuela un inquieto joven procedente de Santo Domingo, ciudad capital de la República Dominicana, con algunos semestres en la carrera de medicina pero con la convicción de que su lugar estaba en la música. La Caracas que ese día vieron los ojos de Luis María Frómeta Pereyra, era una aldea grande de 200.000 habitantes en la que los lugares para departir en familia o con los amigos estaban dentro del cuadrilátero histórico que nos dejaron los españoles.

Mientras estudiaba medicina en su país natal, más por complacer a su padre que por vocación, Luis María Frómeta se ganaba la vida poniendo inyecciones y dando clases de guitarra a domicilio. Un buen día conoció en Santo Domingo al joven venezolano Freddy Coronado, quien lo ayudó a obtener trabajo como saxofonista en el teatro Capitolio de aquella ciudad. Coronado luego lo animaría para que formara un grupo al que llamaron “Conjunto Tropical” y con el que Luis María Frómeta, más tarde conocido simplemente como Billo, actuaría en la emisora HIN.

Más adelante, Billo y un grupo de compañeros de la universidad fundan la Santo Domingo Jazz Band; al principio, la orquesta fue dirigida por su amigo de la infancia Francisco Simó Damirón (otro grande de la música popular) hasta que este decide emigrar a la vecina isla de Puerto Rico; a partir de allí la dirige Luis María y es en ese punto de su vida cuando el joven decide abandonar los estudios para dedicarse de lleno a su verdadera pasión.

Es con la Santo Domingo Jazz Band que Billo comienza a desarrollar un estilo peculiar influenciado por las orquestas de Rafael Muñoz y Casino de la Playa, solo que debido a la crítica situación económica que se vivía en la época, la orquesta conseguía muy pocos contratos, por lo que sus integrantes sintieron la necesidad de buscar nuevos rumbos; pensaron en la posibilidad de viajar a Venezuela, así que Billo consulta con su amigo Freddy Coronado, quien gustoso comienza a hacer gestiones por intermedio de un tío suyo residente en nuestro país. Pasados unos meses reciben la grata noticia de que había una plaza disponible en el Roof Garden y con mucho entusiasmo se disponen a viajar.

Llegan a Venezuela el último día del año 37 para presentarse en aquel prestigioso local donde deciden rebautizar a la orquesta como la Billo´s Happy Boys. Tal vez no imaginó Luis María Frómeta que llegaba para quedarse y ganar el corazón de los venezolanos. 

El final

El día 28 de abril de 1988 estaba programado que dirigiera la Orquesta Sinfónica de Venezuela  en el complejo cultural Teatro Teresa Carreño en el marco del homenaje que por sus 50 años de vida artística en Venezuela le brindaría la Gobernación de Caracas, ciudad a la que tantas composiciones dedicó. Como invitados especiales, se presentarían en el escenario cantando algunos de sus temas sus mejores amigos y artistas que le acompañaron durante su trayectoria musical e integrantes actuales y anteriores de su orquesta, como Ely Méndez, Gustavo Farrera, Raúl Mora, Osvaldo Delgado, Ender Carruyo y Renzo Lares, entre otros.

El día anterior, el 27 de abril, al finalizar un ensayo con el tema Un cubano en Caracas, los músicos de la orquesta, puestos de pie, le ovacionaron largamente. Al parecer, la emoción impactó en exceso en el ánimo de Frómeta, quien se desplomó al instante, probablemente víctima de una hemorragia cerebral. Entró en estado de coma y, sin recuperar la consciencia, falleció el 5 de mayo de 1988.

Fuente: www.cronicasdeltanato.com

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