¿Una venezolana mexicanizada o una mazatleca reencauchada?

¿Una venezolana mexicanizada o una mazatleca reencauchada? Gracias a la idea de mi ahora buena amiga mexicana, Suheid Velarde, le doy un espacio importante a mis escritos. Empecé hace algunos años, pero nunca dediqué el tiempo para escribir anécdotas u ocurrencias del acontecer de mi vida. Ahora, mi blog se ha convertido en un especie de diario que me ha abierto las puertas a la escritura ligera y sin fronteras.

Nunca migrar fue una opción para mí, hasta que conocí al amor de mi vida. Pero este hecho, no solo me ha permitido evolucionar como persona, sino reflexionar sobre lo que era y ahora soy, conocer gente maravillosa que ha intervenido en el proceso, pero sobre todo, tener un choque cultural bien simpático y divertido.

No digo con esto que la tarea sea fácil, pero trato de resaltar solo la parte del proceso de adaptación migratorio como  lo más  liberador y agradable. En este sentido, tuve hasta la idea de crear un diccionario que me ayudó a encontrar mis raíces fuera de casa, y poder, en ocasiones, degustar mi platillos favoritos en mi ahora nuevo hogar. Esta idea, siempre se la agradeceré al prof. Luis Francisco Indriago, quien a partir de una anécdota contada en Facebook, me sugirió la idea.

Ya veremos si al final de esta historia, me quedo como una venezolana mexicanizada o una maztleca reencauchada. ¿Quieren saber el final de la historia y su significado?, pues yo también.

Por: Mirsay Shimkevich,

Fuente: https://experienciasmirsanas.wordpress.com/

Imagen: web

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