1. ¿Estás ganando lo suficiente?

Solo tú puedes saber cómo valoras tu trabajo, cuánto te pagan por él y si te sientes compensada. Es lo que los expertos llaman «romper el techo de cristal». Puedes plantearte la idea de pedir un aumento de sueldo o regirte por unas tarifas realistas si eres autónoma. Tal vez, antes de proponerte ahorrar, deberías proponerte cobrar lo que mereces, el próximo año.

2. ¿Cómo quieres vivir?

Tener claro el estilo de vida que te hace feliz, es básico para organizar tu economía. Tal vez tú y la compañera que tienes sentada al lado en la oficina cobran lo mismo, pero tú necesitas tres semanas de vacaciones en Filipinas en verano y ella sea feliz con una escapada de fin de semana a un pueblo mágico; tal vez tú puedas conformarte con tener cenas románticas en casa y ella prefiera ir a un restaurante por semana. Tus ahorros, tus gastos y tus esfuerzos económicos tendrían que ir en la misma dirección. Cómo hacer más con tu dinero

3. Lleva una agenda de gastos

Si no acabas de comprender a dónde va a parar tu dinero, tal vez estés perdiendo de vista los microgastos. Trata de llevar una cuenta de gastos cada vez que uses tu cartera, idealmente durante un mes. Tal vez notes que un taxi o los cafés antes de entrar al trabajo están provocando que tus cuentas no cuadren. Sólo siendo plenamente consciente de tus gastos, podrás evitar aquellos que son innecesarios.

4. ¿Eres realista?

Cuando imaginas tu futuro, ¿cómo lo ves?, ¿te gustaría ir a la playa?, ¿tal vez, un auto de lujo?, ¿podría bastar con mantenerte sin depender de nadie? De la imagen que tengas de tu futuro –y del peso que tu economía tenga en él- también puede depender tu felicidad.

Una cosa es fantasear con la lotería de Navidad y otra muy diferente es esperar llevar una vida de celebrity con un sueldo medio.

5. Recorta gastos

¿Cuánta ropa tienes y cuánta ropa necesitas? La ciencia encontró el motivo de la adicción a las compras, y si te repites cada mañana que «no tienes nada que ponerte», hay Apps que pueden solucionarte la vida. Evalúa cuáles son tus necesidades; no es cuestión de evitar cualquier capricho, sino de prescindir de los que no te llenan tanto. Desayunar en casa en lugar de comprar algo en la máquina de la oficina puede ser el primer paso de un gran ahorro a largo plazo.

Fuente: http://www.glamour.mx

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