¿Por qué algunos emigrantes venezolanos fracasan? (Parte II)

En la actualidad, los venezolanos hablan mucho sobre el emigrar y las posibilidades y porcentajes de éxito de esa opción, por lo que muchas personas, a pesar de vivir un gran calvario en su vida diaria, por miedo, no toman la decisión.

Las razones del fracaso migratorio del venezolano son variadas, seguiremos listando algunas de ellas:

Mamitis

Para muchas personas, la familia es una razón fuerte para no tomar la decisión de emigrar pero, para otros, a pesar de haber tomado el complicado paso de salir del país, ese vínculo familiar o necesidad de compartir TODO con la progenitora (en menor medida con el padre, aunque existen casos) hace que solo se viva para llamar o comunicar la vida, recibiendo generalmente desde el otro lado una petición de retorno directa o indirectamente que termina por minar los ánimos y haciendo que se termine de regresar el hijito(a) mimado(a).

Legalidad

Parece una tontería, algo obvio, pero algunos no entienden que para vivir en cualquier país civilizado se requiere de permisos para tener una situación legal. Son tipos o estatus de residencia que varían según el país y el tipo de actividad que permite desarrollar; encontramos las turistas, residencia por trabajo, residencia temporal, residencia permanente y, por supuesto, la nacionalidad, esto es un pequeño resumen pero, si no tienes ninguno de esos estatus, te encuentras ilegalmente en el país destino, lo que hace que te encuentres al margen de la sociedad, ya que no podrás sacar ni una línea de teléfono móvil, mucho menos encontrar empleo o sustento alguno.

Esto es un punto muy importante a tomar en cuenta cuando se decide emigrar, no hay que ir a un destino porque es la moda o porque dicen que es muy bonito si no se podrán obtener los papeles para vivir, ya que no hay nada que condicione más las posibilidades de éxito de una persona que no estar legal en un país.

Venezolanitis

Es un sentimiento similar al que produce el excesivo apego del país pero, en este caso, en vez de la nostalgia a las bellezas naturales, es la necesidad de estar rodeado de conciudadanos solo compartiendo con venezolanos; esto ocurre más frecuente de lo que se pueda pensar. De esta forma, el grupo cercano del emigrante no es otro que más emigrantes venezolanos que comparten sus penas y viejas glorias en el país natal.

Es bueno compartir con venezolanos y más si son amigos desde que se estaba en el país de origen, pero no todo el mundo debe reducirse a este grupo. Se debe compartir con todo tipo de personas, emigrantes de otras nacionalidades pero, sobre todo, con nacionales del país destino, ya que es con ellos que se aprende de las costumbres diarias y esa cultura tan típica en cada región. El no hacerlo puede ser motivo a ser rechazado por falta de adaptación o simplemente ser un extranjero más sin importar la cantidad de años que se esté viviendo en la sociedad adoptada.

Puedo seguir listando cantidad de razones, pero lo importante es que, para que sea exitosa la experiencia, se debe buscar adaptarse a la sociedad, hacer amigos locales y buscar aprender la jerga, modismos y clichés diarios. Dejar a un lado lo vivido en Venezuela e intentar comenzar con rutinas nuevas, siempre estar legal en el país para poder aprovechar las bondades de la sociedad así como ser humilde para lograr entender que es un comienzo, y como comienzo al fin habrá que hacer cosas que ya se pensaban superadas.

Pero lo más importante es dejar bien encerrado bajo llave y enterrado, esa condición tan perjudicial para nuestros conciudadanos, esa condenada viveza del venezolano que tanto daño nos ha hecho.

Fuente: https://canariodelmundo.wordpress.com

Imagen: http://www.nuevamujer.com

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