Luis Chirinos: «El mejor béisbol del mundo es el de mi país»

Para Luis Guillermo Chirinos no hay mejor béisbol que el se juega en Venezuela. El pitcher de 26 años describe el deporte de la pelota como una pasión irremplazable; y es que afirma, que si volviera a nacer, sería de nuevo pelotero.

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Chirinos nació en Maracay, estado Aragua,  y comenzó en el deporte cuando apenas tenía tres años con un equipo de la localidad. Cambió la bicicleta por un bate y desde niño procuró cuidar su brazo, pues su sueño siempre fue llegar a las grandes ligas.

Con el apoyo incondicional de sus padres, formó parte de equipos de la región que le permitieron foguearse con los “duros”.

Es el menor de tres hermanos y a los 16 años tuvo que tomar su rumbo hacia República Dominicana, una vez que consiguiera ser firmado por los Marlins de Florida. El sueño parecía hacerse realidad; el 2 de julio del 2006 logró firmar su contrato, pero allí es cuando comienza una verdadera hazaña de sacrificios, disciplina y amor por lo que se hace.

Durante cinco meses estuvo en la ciudad de Boca Chica, acostumbrándose al nuevo estilo de vida, y a pesar de que confiesa que al principio le pegó estar solo, en un país desconocido, sentía que debía seguir adelante tras su sueño.

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La entrevista se hace vía telefónica, preguntas que contesta desde Roma,  Italia, donde lanza con la camiseta del equipo Nettuno Roma. Ni porque está en Italia pierde la jocosidad del venezolano, bromea con cada pregunta, pero responde con franqueza.

¿De volver a nacer, volverías a ser pitcher?

Tengo 12 años dedicado a la pelota, esto me ha permitido recorrer el mundo, conocer culturas, países, vivo dándole gracias a Dios por las oportunidades, y de verdad, no cambiaría mi vida por nada; sería pelotero de nuevo, esto me ha permitido hacer amigos.

Estar lejos te hace extrañar a tu familia, tu país, tu cultura, tu pueblo, tu calle, tu gente de infancia, pero es la motivación para seguir.

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¿Cuál es el mayor sacrificio de un pelotero, de un pitcher?

Hay cosas que sacrifico, lo primero que sacrifico es el sexo si al día siguiente tengo que pichar (risas), no debo trasnocharme, debo cuidar mi brazo en el lugar que vaya. Hay muchas cosas que debo cuidar, cantidad de grasa que consumes, la comida, la bebida. A mí me encantan las motos, soy fanático, pero lamentablemente no puedo andar en moto porque es exponerse a un riesgo innecesario. Se trata de tener conciencia de lo que uno puede hacer, además de que uno debe respetar un contrato establecido.   Me cuesta sacrificar la comida venezolana.

 

¿Qué se siente lucir una camisa de un equipo de otro país?

Es un compromiso, todas las miradas están en ti porque eres “el extranjero”, si te trajeron de otro país significa que eres bueno, es porque  te dan confianza y a la vez es una gran presión de hacerlo bien.

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 ¿Y jugar para tu país?

El mejor béisbol del mundo es el de mi país, jugar en Venezuela, representar a los Bravos de Margarita, a pesar que no juego para el equipo de mi estado natal, es algo que no tiene comparación, que tu familia esté en la tribuna viéndote jugar. Sabes que tus amigos, tu gente está contigo.

¿Le inculcarías a tu hijo ese camino del béisbol?

No tengo hijos, pero espero recibir esas bendiciones. Como todo padre lo aconsejaría en el camino que debe seguir si su elección es el béisbol, sería su  apoyo. No todo el mundo tiene talento, disciplina y sacrificio.

¿Qué le dices a la generación de relevo que ve en ti el ejemplo a seguir?

Que no dejen de soñar, que sueñen lo que quieren y luchen por eso. Que busquen, que no descansen. Yo soñaba con ser pelotero, investigaba. No es fácil este deporte, son muchos sacrificios pero hay que seguir adelante y que escuchen a sus padres, ese siempre será el mejor consejo. Confíen en Dios, así como yo lo hago en cada juego, me encomiendo a él.

 

Por: Yoriana Osío.

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