El hogar transportable y otros tips migratorios

La casa vs. el hogar

Cuando tienes la convicción de que el lugar donde estás es el sitio donde te sientes cómodo y seguro, donde sientes que están tus opciones, donde sientes que ese sitio es un sitio de crecimiento para ti y tu familia, entonces lo comienzas a llamar hogar, mientras tanto, es una casa.

Y cuando nos vamos, debemos pensar que dejamos una casa pero que llevamos el hogar en el corazón, porque el hogar va más allá del tiempo y el espacio, es movible, y tiene que ver con los entornos que transforman tu hogar en algo rico con todos los sistemas de apoyo, las nuevas amistades… Eso es tener un hogar, el hogar es transportable.

Prepararse para los cambios

No hay vida si no hay cambio, el cambio es señal de vida. Pero algunos cambios los provocamos nosotros y otros nos son impuestos. En Venezuela en este momento la forma de migración es más forzada que voluntaria. Por eso, los cambios hay que practicarlos antes de irse.

Hay que entender que la resistencia está vinculada a permanecer cambiando a pesar de la adversidad, y que cada vez que rebotas, rebotas con más fuerza y con más valor agregado. Si no puedes entender eso no estás cambiando nada, no importa que te quedes o que te vayas.

No todo es transportable

Muchas veces quedan atrás los abuelos, los mayores. Y con frecuencia quedan atrás nuestras profesiones, los clientes o los pacientes… Porque está claro que no todo es transportable.

Ahora bien, eso no significa que los familiares mayores no puedan visitarte o que no puedas regresar a visitarlos si las condiciones lo permiten. Y aunque en efecto, hay abuelos y padres que quedan huérfanos, al mismo tiempo sienten un alivio al saber que las personas que aman están a salvo. Pero lo que sí es transportable es el concepto de quién soy en donde me toque vivir.

Trastorno afectivo migratorio

El trastorno afectivo migratorio se refiere al duelo generado por dejar personas queridas, dejar tu zona de confort para reinventarte una nueva zona. Todo eso produce ansiedad, insomnio, irritabilidad, conflictos en la pareja y en la familia debido al cambio de roles.

Este trastorno puede durar hasta cuatro años. Incluso, hay gente que queda anclada en lo que hizo en el pasado y por eso no puede crear un futuro que sea viable porque el trastorno los atrapa. En muchos casos se requiere asistencia psicológica e incluso medicación.

Irse quedando

La zona de confort de una persona incluye lo bueno y lo malo, así como en cualquier país del mundo la zona de confort incluye lo bueno y lo malo. Pero cuando estás muy apegado a tu nacionalidad, a tu país, y te vas y sientes que no eres ciudadano sino que eres inmigrante, muy posiblemente quedes anclado en las noticias negativas.

¿Por qué? porque al hablar de lo negativo con la gente que quedó atrás sientes que tienes el derecho a protestar, porque hablando de lo malo vuelves a ser ciudadano del país. Así, muchas veces la gente se queda amarrada en la redes, viendo lo malo, en parte para justificar la decisión de haberse ido y en parte para tener el derecho legítimo de quejarse. ¡Y si cortaran eso, probablemente no tendrían temas de conversación!

La esperanza

Yo recomiendo a la gente que, cuando se vaya, se vaya con la cabeza mirando hacia delante, no hacia atrás, porque si miran atrás van a tropezar.

La esperanza es algo que se construye, es un compromiso con la acción continua para llegar a aproximarse al producto final, a lo que se desea lograr. Hay que trabajar, comprender que cada día tiene su propio afán y que lo malo va a quedar atrás. ¡Porque también encontrarás lo malo en otro lugar! La esperanza es la necesidad de seguir vivo.

Por: Dr. Harry Czechowicz

Fuente: http://imigratoria.blogspot.com

Imagen: Web

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