Mi experiencia en el trabajo [Parte II]

El ambiente y el trabajo

Me he encontrado con un ambiente de trabajo exigente y con gente bastante preparada. El ritmo de trabajo es similar al de Venezuela, hay proyectos asignados, deadlines, soluciones y también problemas. No he visto una diferencia muy drástica. De hecho, siempre había el mito de que aquí la gente era laid back y que el trabajo era muy especifico a tu cargo y no te salías de ahí y que a las 5 de la tarde las oficinas parecían el lejano oeste… Pues la verdad, mi experiencia lejos está de esa descripción, la gente trabaja bastante y es bien enfocada. El «toderismo» también existe, de hecho lo he vivido estos meses (ojo soy del area de IT, no sé si la cosa pueda venir por ahí) haciendo de todo un poco y eso de que a las 5 todo el mundo se fue para su casa, pues no es tan cierto. Aunque si buscan más un balance, igual la gente se queda para terminar su trabajo y cuando hay que trabajar más lo hacen sin pensarlo mucho. Los viernes en la tarde, sí se puede decir que el ambiente está un poco más relajado y la mayoría de las personas salen un poco más temprano.

Por otro lado, también he visto los mismos males que hay en todas partes: cuentos de pasillo, quejas de los jefes, gente intentando destacar haciendo quedar mal a otro… todo muy diplomático, pero igual pasa.

El inglés en el trabajo

Bueno, el tema del idioma en el ambiente laboral para mí ha sido retador. Trabajo en una empresa bastante formal, donde abundan las reuniones y las presentaciones, así que al principio, fue sin duda alguna bien complicado, y aún hoy lo sigue siendo, pero progresivamente me he ido acostumbrando.

Creo que al llegar nuevo a un lugar, así sea en tu país y con tu idioma, siempre hay cierta presión por hacerlo bien; en este caso creo que se duplica, y la limitación del idioma considero que es una de las principales responsables. Me pasó durante el primer mes de trabajo que pensaba todo muy bien antes de hablar y me preocupaba mucho por cómo iba a sonar, lo cual no era para nada bueno. Luego, decidí olvidarme que estaba trabajando en inglés y centrarme en el trabajo, y en ese momento me sentí mejor.

Otro cambio que hice para mi bienestar mental, fue esforzarme en entender al 100 % las cosas referentes con mis responsabilidades y el trabajo únicamente (donde hay que preguntar una y mil veces hasta que quede claro, es mejor eso a cometer errores). A veces, tenía reuniones informales con los compañeros de trabajo en cafés (los cuales generalmente están full y hay mucha bulla) y me frustraba que no entendía buena parte de sus cuentos. Luego me dije que no me iba a matar la cabeza por entender y re-re-preguntar, excepto que fuese algo importante. Así que comencé simplemente a sonreír tranquilamente y sin remordimiento, entendiera o no las historias.

También hay que aceptar que siempre va a haber malos entendidos quieras o no, yo he pasado ya unas cuantas penas, pero ya no le doy mayor importancia, solo me río de mí misma.

Es irónico que trabajando aquí (por la naturaleza y cultura de la empresa) he tenido que enfrentarme a cosas que en español jamás ni nunca. Por ejemplo, he tenido que participar en muchas presentaciones y hay reuniones todo el tiempo, inclusive tengo unas que son por teléfono, al principio me daban terror, pero ya me he ido acostumbrando. Una vez por cierto, en una de estas reunión telefónicas, me pidieron que tomara las minutas, casi me desmayo, la broma duró una hora y tuve que anotar todo que lo que decían, eramos como unas ocho personas… terrible. Pero bueno, todo eso aunque en el momento no me guste y me genere estrés, sé que es bueno para mejorar el idioma.

Hoy por hoy, todavía me cuesta, hay que lidiar con muchos acentos y hay días donde sencillamente el inglés no me sale bien, pero me siento muchísimo mejor, entiendo más, tengo más vocabulario y constantemente sigo aprendiendo.

Por: Diana.

Fuente: http://venezaau.blogspot.com/

Imagen: web

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