LOS GRILLOS EN LA FRONTERA II

Los Grillos buscando el pan nuestro de cada día.

 

Dada las circunstancias económicas por las que el país estaba atravesando, donde cada día se hacía más difícil comprar alimentos y adquirir los bienes y servicios, el señor y la señora Grillo, decidieron que era el momento en que ambos, tanto en la moto como en el pequeño automóvil, tenían que ir al “Otro Lado”.

Y ese día llegó, luego de salir de su empleo formal, la señora Grillo se dispuso a ir a la aventura de cruzar por primera vez al “Otro Lado” en su pequeño vehículo. El señor Grillo la escoltaba en su motocicleta, ella se encontraba realmente asustada por todos los inconvenientes que se consiguen mediante la travesía.

Pero llegó el trayecto donde tenían que separarse, debido a que el paso por la última alcabala donde estaban las moscas verdes, se encuentra divido entre vehículos y motocicletas. Acordaron un punto de encuentro al “Otro Lado” y se dispusieron a cumplir la misión. La señora Grillo, se reía sola de los nervios que tenía, y justamente al encontrarse frente a las moscas verdes, soltó una carcajada y saludaba sin razón a todas las moscas como si las conociera de toda la vida. Pero no tuvo inconveniente alguno al cruzar por primera vez la Frontera, más que los nervios.

Al cruzar el puente, empezó a buscar al señor Grillo, quien ya estaba aguardando por ella en el punto de encuentro. La experiencia en el “Otro Lado”, es un poco diferente a lo que la señora Grillo imaginaba. El lugar llamado “La Parada”, donde acuden todos a vender el combustible, es un pueblo con gran parte de calles de tierra, con muchos pequeños comerciantes de combustible, tiendas abarrotadas de alimentos y enseres venezolanos, allí no faltaba nada, se conseguía lo que necesitara, pero a unos precios muy altos para nosotros los oriundos de Venezuela.

Ocupada la Sra. Grillo en ver como se vendían todas estas cosas donde en Venezuela escasean, no se dio cuenta que, en sólo 5 minutos descargaron el tanque de combustible del carro de la ella y completaron el viaje con el tanque de la motocicleta. Se calcula más o menos el consumo en el trayecto de vuelta y se deja el resto.

Hecha la primera travesía se dispusieron el señor y la señora Grillo a retornar a casa. Bien agotados porque el tiempo de espera en las colas para pasar la última alcabala es mucho, a la final, un trayecto que normalmente puedes recorrer en 45 minutos desde el bosque de Capacho hasta el “Otro Lado”, puede durar hasta 3 horas, y hasta más.

Continuará…

                                                                                                                                                             Sra. Grillo

Fuente: Nelly Rodríguez.

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