Las migraciones y el “choque cultural”

Las migraciones son tan antiguas como la humanidad. Sin embargo, desde hace algunos años las nuevas tecnologías han cambiado el modo de vivir y la experiencia de la migración, permitiendo un tipo de comunicación antes impensable. A pesar de esta gran diferencia, el proceso de migrar supone igualmente un desgarro e implica una transformación de nuestra identidad.

Si observamos lo que le pasa a una plantita cuando la trasplantamos a un ambiente distinto, podemos imaginar lo que le sucede a una persona cuando tiene que “cortar raíces” y después volverlas a echar en un lugar distinto del que ha crecido.

El éxito de este cambio depende de muchos factores, como la salud de la persona y del entorno que le rodeaba, el cómo se trasplanta y, por supuesto, las condiciones que encuentra en el nuevo ambiente.

Antes de viajar para mudarnos a otro país, solemos imaginar cómo será la nueva vida. Algunas personas consiguen elaborar un proyecto migratorio muy claro, con un objetivo y etapas a seguir, preparándose para el cambio y planeando detalladamente qué harán una vez llegados al lugar.

Otras sueñan despiertas con la nueva vida, dándole rienda suelta a la imaginación y a veces limitándose a una información en ocasiones no muy precisa sobre cómo funcionan las cosas en el nuevo país.

Con mayor o menor planificación, suele ocurrir que lo que imaginamos resulte muy distinto a la realidad que vivimos cuando llegamos a la nueva tierra.

Cuando dejamos nuestro país, no solo dejamos un lugar geográfico, sino también un modo de entender y hacer las cosas que estructuraron y orientaron nuestra vida hasta el momento de nuestra partida.

Cambiamos de cultura y empezamos un largo camino de reajuste entre lo que sabemos y damos por sentado, y un modo distinto de hacer las cosas que predomina en el nuevo lugar.

Al inicio se suele vivir el famoso “choque cultural”: experimentamos la pérdida de lo familiar, de nuestros puntos de referencia, entrando a un mundo desconocido, ajeno. Todo resulta distinto: el paisaje, los olores, los sabores, los sonidos, las personas, las costumbres. Constatamos que el modo de comunicar y relacionarse es diferente.

Una situación que en nuestro país vivíamos como normal, puede convertirse en toda una odisea y, frecuentemente, se dan malos entendidos con los modos de decir o simplemente con un gesto que se usa de manera distinta.

En esta primera etapa podemos sentirnos confundidos, desorientados y frustrados, en especial cuando tenemos dificultades para dominar el nuevo idioma, o cuando el modo de comportarse de los demás nos resulta demasiado diferente al habitual.

Algunos indicadores que pueden señalarnos que estamos viviendo un choque cultural son: los desórdenes del sueño y/o la alimentación, enfermedades físicas, miedo generalizado (o fobias específicas), aislamiento, irritabilidad, exceso de emocionalidad o dificultad para expresar los sentimientos, hostilidad e incluso síntomas que en nuestro país de origen son relacionados con la locura.

Estos indicadores generalmente son transitorios y funcionan como una especie de señal que nos avisa que estamos haciendo un esfuerzo muy grande para adaptarnos.

Así como cada plantita reacciona de manera distinta a un cambio de ambiente, cada persona vive la experiencia de la migración de modo único e irrepetible. Lo que le funciona a una para lograr echar raíz en la nueva tierra, puede ser contraproducente para otra.

Pero, a pesar de que cada historia sea única e irrepetible, hay algunas indicaciones generales que podemos seguir para facilitar o hacer más llevadero el proceso de “trasplantar raíces”.

Es muy importante establecer un tiempo para hacer un balance de cómo nos está yendo con esta experiencia y hacer cuentas con la desilusión, que es natural y humana, pero que puede volverse un problema si fingimos que no existe, convertiéndose en rabia y frustración.

Podemos preguntarnos: ¿Qué cosas han sido distintas a lo que me esperaba? ¿Estoy alcanzando mis objetivos? ¿Necesito replantearlos? ¿Cómo está mi plantita?

Por: Ana Sofía Ibarra Castro

Título original: Inmigrantes: 6 consejos para afrontar el dolor y las dificultades del desarraigo

Fuente: https://es.aleteia.org

Imagen:Web

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