La captura del «Che» Guevara en Bolivia

Hoy se conmemoran 49 años de la aprehensión del mítico guerrillero y comandante de la Revolución Cubana, Ernesto «Che» Guevara, quien fue capturado después de ser herido en la pierna izquierda en el denominado Combate de Quebrada del Churo, mientras intentaba escapar de la persecución del Ejército boliviano.

Por aquellas fechas (octubre de 1967), el «Che» Guevara ya cumplía 11 meses desde que inició su aventura guerrillera en noviembre de 1966 con un total de 47 combatientes y cuya misión se centraba en poner fin a la dictadura militar de René Barrientos.

Las complicaciones surgieron cuando algunos desertores y combatientes que fueron capturados y torturados, brindaron información clave que facilitó al Ejército boliviano y a los servicios de inteligencia estadounidenses, la detección y localización del grupo guerrillero comandado por Ernesto Guevara.

Con el pasar de los meses, el Ejército de Liberación Nacional de Bolivia, acusó las bajas de muchos de sus hombres, y para finales de septiembre de 1967, el grupo se redujo a 17 elementos que no tenían de otra más que intentar escapar de la inminente persecución del Ejército de Barrientos.

Después de ser herido y capturado en el combate, el «Che» fue trasladado al poblado de La Higuera donde fue recluido en una de las aulas de la escuela. Félix Rodríguez, agente de la CIA estaba presente en el lugar y existen versiones que aseguran que fue él quien comunicó a los soldados bolivianos  la orden de fusilar a Ernesto Guevara. En una entrevista, Rodríguez declara:

Salí de la habitación, aquello estaba lleno de soldados afuera. Me dirigí al sargento Terán que sabía que estaba siendo de ejecutor de todo eso. Le dije: «Sargento, hay instrucciones de su Gobierno de eliminar al prisionero». Me puse la mano al nivel de la barbilla: «No le tire de aquí para arriba, tírele de aquí para abajo pues se supone que este hombre haya muerto de heridas en combate». «Sí, mi capitán, sí, mi capitán», dijo. Era aproximadamente la una de la tarde de Bolivia. De ahí entonces me retiré al lugar avanzado donde yo había fotografiado el diario y a la una y diez aproximadamente escuche una ráfaga pequeña.

Rodríguez delegó a Mario Terán la orden de ejecución. En 1977 la revista Paris Match entrevistó a Terán, quien relató del siguiente modo los últimos instantes del «Che» Guevara:

Dudé 40 minutos antes de ejecutar la orden. Me fui a ver al coronel Pérez con la esperanza de que la hubiera anulado. Pero el coronel se puso furioso. Así es que fui. Ese fue el peor momento de mi vida. Cuando llegué, el Che estaba sentado en un banco. Al verme dijo: «Usted ha venido a matarme». Yo me sentí cohibido y bajé la cabeza sin responder. Entonces me preguntó: «¿Qué han dicho los otros?». Le respondí que no habían dicho nada y él contestó: «¡Eran unos valientes!». Yo no me atreví a disparar. En ese momento vi al Che grande, muy grande, enorme. Sus ojos brillaban intensamente. Sentía que se echaba encima y cuando me miró fijamente, me dio un mareo. Pensé que con un movimiento rápido el Che podría quitarme el arma. «¡Póngase sereno —me dijo— y apunte bien! ¡Va a matar a un hombre!». Entonces di un paso atrás, hacia el umbral de la puerta, cerré los ojos y disparé la primera ráfaga. El Che, con las piernas destrozadas, cayó al suelo, se contorsionó y empezó a regar muchísima sangre. Yo recobré el ánimo y disparé la segunda ráfaga, que lo alcanzó en un brazo, en el hombro y en el corazón. Ya estaba muerto.

El 9 de octubre por la mañana, el Gobierno de Bolivia anunció que Ernesto Guevara había muerto en combate el día anterior.

Fuente: http://www.excelsior.com.mx/

Imagen: http://elabrelata.com

 

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