Humor chino

Respecto al tema del humor chino: termina el asueto de fin de año. Todavía retumban decenas de explosiones en la calle, pero la ciudad está volviendo a la normalidad. Para el miércoles se espera que todo esté operativo y que retorne a Pekín buena parte de quienes viajaron al interior del país para pasar las fiestas con su familia.

La capital estuvo increíblemente vacía y placentera durante estos días. Millones de personas se desplazaron hace una semana a través de la impresionante red de transporte que mantiene a China intercomunicada. No es de sorprender que la migración a casa sea, en extremo, trabajosa. Sobre todo si consideramos que se estima un aproximado de dos mil millones de viajes aéreos y terrestres durante los 40 días que dura el periodo de movilización y que culmina a finales de febrero.  Según cifras divulgadas por la BBC, para este año se esperaban unos 188 millones de pasajeros, solo en la red ferroviaria. Y es que en China, todas las estadísticas adquieren una nueva dimensión.

La venta de boletos comenzó el 9 de enero, y centenares de miles de personas hicieron colas o trámites para garantizarse un puesto en la migración. La polémica no escaseó, primero con críticas en algunos portales electrónicos contra los revendedores o contra quienes utilizan influencias políticas para hacerse de unos tiquetes de forma expresa; y luego, cuando el noticiero de la televisora estatal CCTV difundió una noticia para afirmar que comprar pasajes para el año nuevo en China “se ha vuelto fácil”.

Tres días atrás escuchaba a un local comentar sobre las dificultades de volver a casa para las fiestas. Para algunos, que se movilizan en vehículo propio en la ciudad, la experiencia puede ser aún más frustrante porque no solo deben conseguir una forma rentable de ir a sus hogares, sino también un lugar en dónde dejar sus vehículos en la capital. Ir manejando implicaría gastos considerables de gasolina e impuestos, si el carro está registrado en una localidad distinta al destino.

A modo de colofón, el amigo cerró la idea con un chiste que corre en las calles por estos días. He aquí el sentido del humor chino:

“Un hombre va manejando en alguna calle y ve a una chica parada en la acera sonriendo. Detiene el automóvil y le pregunta:

– Cuánto por la noche?

Ella contesta: 200 kuáis.

– Y haces de todo?

Con sensualidad incluida, ella desliza un “sí, hago de todo…”

– Entonces súbete al carro y vamos a la estación de trenes para que hagas la cola y me compres los boletos para ir a casa en año nuevo”.

Así es el humor chino… ¿Quién dijo que no tenían sentido del humor?

Fuente: https://aquienlachina.wordpress.com/

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