El 4 de junio de 1830 asesinan al Gran Mariscal Antonio José de Sucre

En la montaña de Berruecos, camino de Popayán a Pasto, el 4 de junio de 1830 fue emboscado y asesinado el mariscal Antonio José de Sucre. Venía de Bogotá y se dirigía a Quito.

El joven general venezolano, había libertado al Ecuador y al Perú en las batallas de Pichincha y Ayacucho, había sido presidente de Bolivia, jefe superior del Ecuador, vencedor en el Portete de Tarqui de las tropas peruanas invasoras de Colombia, presidente del último congreso de la Gran Colombia (el «Congreso Admirable») y miembro de la comisión que intentó impedir a nombre de este congreso la separación de Venezuela de Colombia.

Sucre no pudo ser el sucesor de Bolívar en la presidencia de Colombia debido a que no cumplía el requisito constitucional de tener como mínimo 40 años de edad para poder ocupar la primera magistratura. Sin embargo, Sucre era, después de Bolívar, el más prestigioso hombre público del país y el dirigente que reunía más condiciones para gobernar a Colombia. Tal vez también era el único que hubiera podido impedir la disolución de la Gran Colombia y dar nuevo impulso al sueño bolivariano de federar a Colombia con Perú y Bolivia.

Luego de que Bolívar abandonó la presidencia, Sucre se convirtió en el mayor obstáculo para el ascenso del partido antibolivariano en Colombia. Este partido era muy heterogéneo, pues se componía de los secesionistas venezolanos de José Antonio Páez, de los «liberales» neogranadinos de Francisco de Paula Santander y de los partidarios de Juan José Flores en el Ecuador.

El partido bolivariano era, por su parte, muy fuerte, aún a mediados de 1830, y no estaba dispuesto a claudicar sin combatir. Dividida Colombia con la reciente separación de Venezuela y del Ecuador, pero presente todavía el Libertador en el territorio nacional, retenido con mil argucias en Cartagena por el intendente Montilla, los bolivarianos se aprestaban a realizar un movimiento que llevara de nuevo a Bolívar a la dirección del Gobierno y reconstituyera la unidad de la Gran Colombia.

En junio de 1830 era inminente la confrontación entre bolivarianos y antibolivarianos, y era previsible que el Libertador acaudillara la reconquista de Venezuela, y Sucre, la del Ecuador.

Fuente: http://www.banrepcultural.org

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