¿Conformidad o sólo cultura?

Mi trabajo en la piscina es muy sencillo. Vender entradas. Ni siquiera tengo que manejar listas de inscripciones, ni siquiera verificar que los alumnos de las clases de natación hayan asistido. Es muy sencillo. Un trabajo que cualquiera que pueda sumar y restar puede hacer.

Cuando hay poca asistencia de gente, enciendo el computador para leer otros blog o en algunas ocasiones me siento a escribir aquí. Como hoy por ejemplo, que decidí empezar este post para contarles sobre cómo a veces me impresiona el gran conformismo que suelen tener los holandeses. Algo que no pareciera digno de ellos, pues solemos pensar que cualquiera que proviene de “Europa”, tiene un nivel mayor que nosotros indio-guayú-inca-azteca.

Una conversación puede cambiarlo todo. Había empezado este post hace rato y tuve que borrarlo todo de golpe. Era mejor reescribir después de lo sucedido.

¿Te puedo preguntar algo?

Generalmente la gente que viene a la piscina es asidua y a muchos los conozco de vista. Vienen, nadan y se van. Hola y adiós. Pero hay algunos otros que jamás los he visto y que a veces se atreven a preguntar más que el típico “¿hay lockers para guardar mis cosas?”

Como ese que antes de entrar me preguntó “¿eres nueva aquí?”.

Si, señor. Soy nueva desde hace 4 años.

O como ese hombre de cabellos largos, barba descuidada y aspecto relajado, y por el cual tuve que borrar todo lo que había empezado a escribir aquí, preguntó, “¿Te puedo hacer una pregunta personal?”

Algo que he aprendido en Holanda es a no hablar de mi vida personal tan relajadamente como lo hacía en Venezuela. Así que cuando escuché eso, paré un momento, pensé dos veces y le dije: depende de lo que sea.

Él sonrió. Y estoy segura que reformuló su pregunta mentalmente. “¿Qué idioma hablas?”

Español.

Si. He aprendido aquí que no debo hablar de mis cosas, pero porque a nadie le interesa, y cuando a alguien le interesa, me gusta saber que quieren saber un poco más.

¿Por qué? ¿Se escucha en mi acento?, le dije para romper el hielo holandés.

Terminamos hablando de dónde vengo, de qué tan hermosa es Venezuela, lo difícil -o fácil- de mi adaptación aquí en este país, del sol que alegra a la gente y del invierno que nos deprime.

Por supuesto, nada de esos temas era sobre lo que estaba escribiendo hace un momento.

“Y, ¿has sentido alguna vez que este país te ha tratado mal?”

No, tampoco sobre eso estaba escribiendo -aunque es un post que debo hacer algún día-.

Le cuento qué pienso yo sobre ese tema y cómo me ha tocado.

Con voz baja se acerca a mí para que nadie más escuche, “¿no crees tu que el nivel en esta ciudad es un poco bajo?”

Me callé por un momento. A veces es peligroso hablar precipitadamente de algunas cosas sin saber a quién pueda lastimar ni cómo. Sonreí internamente y fue por esa pregunta que decidí borrar todo lo que llevaba escrito hasta el momento.

Pues si. El nivel en esta ciudad es un poco conformista. Yo creo que hay muy pocos deseos de superación. Lo cual no está mal. Se debe, creo yo, a que puedes llevar una vida ‘tranquila’ sin tener aspiraciones ni pensar en el futuro, pues casi lo tienes todo asegurado en este país, fue mi respuesta.

No todo lo que brilla es oro

Cuando me mudé a Holanda, estaba segura de que aquí tendría todas las oportunidades que en mi país o cualquier país de Latinoamérica no iba a tener. Porque esto es Europa. Estaba segura de que iba a estar rodeada de gente con un nivel mayor al que estaba acostumbrada en Venezuela. Porque esto es Europa. Estaba segura de que las mentes estaban más abiertas de este lado del charco que de allá. Sólo porque es Europa. Pero no todo era como yo creía.

Doe maar gewoon, dan doe je al gek genoeg

Es un dicho holandés que dice algo como: actua de forma normal, ya eso es suficientemente loco. Lo que quiere decir que no es necesario ir más allá porque con lo que tienes/haces ya es suficiente.

Y esto es literal. No solo lo puedes ver en la manera de ser de muchos aquí sino también en cómo ven el futuro y cómo se proyectan en él. Tener una vida asegurada hace que muchos no sientan la necesidad de crecer o superarse. Falta la ambición. Eso que a nosotros nos meten en el cerebro desde pequeños como si no tener una carrera o ser alguien en la vida significará terminar como fracasado, aunque nada de eso sea tampoco cierto.

Si. Choca ver como con tantas oportunidades aquí, muchos las ignoren, o incluso, las rechacen sólo porque en el presente no las necesitan y porque tienen un “futuro” asegurado. Inlcuso porque si las aceptan, podrían perder parte de las ayudas que el Estado les otorga por ley.

conformidad o solo cultura

He visto gente rechazando oportunidades de empleo sólo porque la cantidad de horas de trabajo supera al permitido por el Estado y eso significaría perder la ayuda monetaria que reciben.

He escuchado niños diciendo que ellos no pueden acceder a un nivel de educación superior porque en la escuela les han dicho que su nivel no es suficiente y por eso deben aceptar que nunca crecerán profesionalmente sino lo necesario para vivir.

Y sin ir muy lejos, en aquel entonces, cuando no era nadie -porque cuando llegas aquí sientes que pasas de ser alguien a ser nadie- y en conversaciones hablabamos sobre mi vida antes de venir a Holanda y por supuesto sobre mi nivel de educación, podía sentir cómo el solo hecho de decir que había hecho una carrera universitaria generaba una especie de rechazo y recelos por “pertenecer” a un nivel que “sólo lo alcanzan los superdotados”.

No estoy de acuerdo en seguir educandonos para alcanzar un título sólo porque “garantiza el éxito”, pero tampoco quiero pensar que no hay nada más que alcanzar en esta vida y dejar de crecer sólo porque hoy tengo una vida plena.

¿Acaso es tan malo querer más? ¿Trabajar por ello y sentir satisfacción porque lo has logrado con tu propio esfuerzo? ¿Saber que puedes porque quieres y no solamente porque puedes?

Ahora, en mi nueva vida holandesa, me pude haber conformado con trabajar el resto de mi vida en la piscina, pues más no necesitaba, pero, realmente ¿hubiera sido feliz?

Fuente: http://www.naciendoenholanda.com/

Comentarios

comentarios